Wall Street fue el único mercado que mantuvo el tipo ante la reunión de la Reserva Federal, con moderados movimientos al alza a media sesión en espera de noticias. El resto, entre ellos el Ibex, que perdió los 9.000 puntos, parecía estar sometido a los nuevos e inesperados rigores del tiempo.

Datos sobre la economía americana en que se mostraba una inflación negativa del -0,2%, una producción industrial del -0,5%, que se sumaban a la mala noticia del martes de una caída en las compras de los consumidores, revelaban debilidad en el crecimiento de la primera economía mundial que redundaban en la idea de que la Reserva Federal no anunciaría ningún aumento de tipos de interés, reservado -de momento, y ya veremos- hasta junio. El anuncio por parte del Gobierno británico de una corrección a la baja en sus previsiones de la mejora de la economía confirmaba los temores de Morgan Stanley sobre lo que puede pasar en 2016 y 2017, en ambos casos -anotó- a peor.

En Europa, el Deutsche Bank metió un susto considerable al anunciar que podía sufrir "pequeñas pérdidas" en 2016, lo que supuso el retroceso del Ibex, índice en el que la banca tiene un elevado peso. En las próximas jornadas puede ayudarle que la Bolsa de Buenos Aires subía un 1,64% a media sesión después de que el Congreso argentino diera su conformidad para cerrar el litigio con fondos de deuda norteamericana apoyados por la Justicia de Nueva York .

El euro bajaba, mientras el petróleo aumentaba ligeramente, movimiento que no se debería adjudicar a un nuevo anuncio de nuevas reuniones de países productores para limitar su producción, recurso tan socorrido como los encuentros entre Sánchez y el líder de la coleta. Para mañana, jueves, aparte de paella y de la lectura del comentario adjunto a las decisiones de política monetaria y de visión global -que se prevé prudente- de la Reserva Federal, se espera más normalidad.