El Ibex ha perdido los 8.800 puntos al plegarse a la caída de Wall Street. La banca ha aguantado el tirón bajista aun cuando el BCE ha indicado que los tipos de interés negativos que aplica no van a variar.

Ha sido una sesión difícil porque llegan noticias de que los grandes inversores empiezan a retirar dinero de las bolsas ante los riesgos que presenta el cuarto trimestre, con la presentación de los resultados empresariales a la vuelta de la esquina, según ha advertido Goldman Sachs.

Las actas de septiembre del BCE han ratificado la continuidad de la política de expansión monetaria hasta alcanzar los objetivos de inflación (el 2%), lo que supone que los tipos de interés se mantendrán por un periodo de tiempo prolongado, así como las compras de deuda pública y privada. El mercado había esperado variaciones. El Deutsche Bank ha informado que recortará 1.000 empleos en Alemania.

El Tesoro ha colocado deuda a largo plazo por valor 4.795 millones de euros. La deuda a 5 años sin indiciar con la inflación ha ido al 0,104% de interés y las obligaciones a 30 años al 1,783%, lo que revela que no se espera un gran avance en la inflación pese a los esfuerzos del BCE. 

El petróleo ha pegado otro estirón, con el precio del Texas subiendo un 0,74%, hasta 50,20 dólares. Aparte del bajo nivel de inventarios se habla de un acuerdo entre Arabia saudí e Irán. Por su parte, el oro sigue su camino de descenso al retroceder un 0,92%, hasta 1.254,50 dólares.

En el Ibex, Caixabank ha liderado las subidas por segundo día consecutivo, con el Sabadell, Santander, Bankia y BBVA también al alza. OHL y Sacyr viven jornadas muy favorables.

En Wall Street, que espera el dato de empleo de mañana, Twitter se ha despeñado un 19% ante la falta de interés de Google por su compra. El mundo de las tecnológicas es muy duro y a Musk, el de Space X y Tesla, Boeing le ha advertido que serán ellos los que dominarán antes Marte. Por si acaso.