Hemos entrado en tiempos gallegos en el mercado, con mucha nube, ruido, valores que parecen hundirse bajo la tormenta, y sin embargo el fondo del viejo mar se muestra calmo. De hecho, el Ibex ha cerrado al igual que ha abierto.

Hoy había un dato mayor en juego, que es el crecimiento de la economía americana. Pues bien, ha superado las expectativas al crecer un 2,9% frente al 2,7% esperado en el mejor de los casos.

El Dow Jones se ha girado desde pérdidas hacia zonas positivas, respaldado además con la mejora de los beneficios del grupo Google, que avanza más en materia de publicidad de la oferta de bienes y servicios a la vista que con productos nuevos. A partir de esos impasses que se observan en la tecnología y el mundo del futuro, sin querer volvemos a tiempos gallegos, en los que el mar te puede llevar hacia adelante o hacia atrás.

Algo así ocurrió en el Ibex, donde Viscofan y el Popular evidenciaron sus dificultades mientras Caixabank remontaba las olas de un sector bancario que ha mantenido el tipo del conjunto del Ibex. Y de qué modo.

Entramos a partir de noviembre en una fase nueva, con un Gobierno que conoceremos, entendiendo la naturaleza de sus mimbres, sin retórica, a cuyas expectativas se asemejan a las de hoy, neutras, sin caer en pesimismos ni optimismos mayores. Entramos en noviembre.