Ya no importa si empieza bien o mal la bolsa porque lo más probable es que acabe peor. Andábamos en si el Ibex defendía los 8.400 puntos e iba a por los 8.500. Qué miseria. Pero ya estamos en los 8.300 puntos. Y es que Draghi anotó, en un comentario a las actas publicadas hoy del BCE, riesgos altos sobre Europa, coincidiendo con el pesimismo mostrado la víspera por la Reserva Federal sobre la economía global. Parece que nos movemos, con los matices necesarios, en una acción verbal coordinada de los bancos centrales para dar cuenta de la situación. ¿Para impulsar reformas y actuaciones fiscales? 

Es difícil de saberlo, pero en Wall Street el S&P 500 caía casi un 1%, en espera de que, con este ambiente, el lunes comience la temporada de presentación de resultados de las empresas americanas, cuyos resultados pueden bajar un 8%, según Deutsche Bank.

Para Draghi, "nos enfrentamos a dudas sobre las perspectivas de la economía global. Nos enfrentamos a fuerzas deflacionistas continuas, Y nos enfrentamos a dudas sobre la dirección de Europa y a su resistencia ante las nuevas sacudidas". Mucho mar de fondo.

Ahí estamos, con lo cual el oro sube un 1,69%, hasta 1.242,10 dólares la onza. Hasta el petróleo cayó víctima de la suma de presagios. 

En ésas, un juzgado de Madrid ha declarado nulas las cláusulas suelo de 43 bancos, siguiendo una sentencia de mayo de 2013 del Tribunal Supremo, aunque sumar agravios hoy resulta casi hasta redundante, pro-situación. Porque los bancos ya conocen las puertas del infierno, que de forma más artística trazó Rodin. Y a Rodin no le gustaba el infierno.