El Ibex se ha dejado hoy un 0,82% en una sesión en que la hora bruja del cierre de contratos de opciones y futuros se ha sumado a una multa multimillonaria a Deutsche Bank que ha puesto patas arriba a la bolsa europea y a Wall Street.

El Departamento de Justicia americano ha exigido al banco alemán 12.500 millones de dólares para zanjar un litigio sobre venta de valores respaldados por hipotecas. La noticia no sólo ha barrido el frente bancario europeo sino que también ha impactado a la banca americana.

Wall Street ha abierto con un descenso del 0,45% al combinarse en su caso con un dato de inflación del 0,2% en agosto, el doble de lo esperado, aun cuando el mal dato del índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan reflejaba un bajo nivel de riesgo de inflación. Asimismo, los ingresos reales de los trabajadores americanos bajaron en agosto un 0,4%, abundando en la misma línea de contención de precios, al contrario curiosamente de lo que ocurre en Europa, donde los costes laborales subieron un 1% en el segundo trimestre.

Angela Merkel advirtió que la situación de Europa es crítica, hablando de cara a encontrar una respuesta conjunta en la reunión de Bratislava. De no lograrlo, la zona podría sufrir una salida de capitales peligrosa. Además, la situación de Portugal no es buena: el bono luso a 10 años ha subido al 3,5%, entre comentarios de que el país podría sufrir un segundo rescate, extremo que Moody´s ve lejano, pero que en cualquier caso hoy ha vuelto a merodear sobre los parquets.

Realmente, todo parecía hoy estar en manos de las brujas y la volatilidad, con el precio del petróleo Texas retrocediendo un 2,28%, hasta 42,91 dólares. Cierra así una semana que acaba dominada por una confusión malsana.