Si el Ibex no ha cerrado en números rojos pese a una muy prometedora apertura, se ha debido a que Pedro Sánchez e Iglesias dijeron que el pacto de Gobierno era "casi imposible". Y si ha subido tan sólo la mitad de lo que lo ha hecho Europa, es porque el galán socialista de la corbatita ha señalado que "estamos más cerca de formar Gobierno que de una repetición de elecciones". Lo oído no era la apuesta del Ibex, que juega a favor de un PSOE-Ciudadanos.

Puede ser que al final sea todo un gran apaño, como que el PSOE y Ciudadanos formen el Gobierno, con Podemos en la pomada vía abstención y como primera fuerza de la oposición. Todo un estatus. 

Todo el largo paseo hablando de baloncesto que hicieron ambos con gran satisfacción, no fue más que el modo de mostrar que ya habían llegado a un acuerdo previo, mientras los inversores seguían atentos a evoluciones más comunes como que el IPC alemán rompía el cerco negativo de los precios y que el empleo privado en Estados Unidos crecía en 200.000 puestos de trabajo más. Son esas pequeñas alegrías que da la economía y que, encima, dan de comer.

Aquí, los turistas, ajenos al mogollón en que vivimos, siguen viniendo, un 12,5% más hasta febrero, algo positivo, porque es muy probable, con la dinámica que se dibuja con un déficit público además del 5% del PIB, se transforme en el primer sector económico.

Con la apertura de una nueva fase de guerra de divisas, en el futuro ya en abierto y declarada en su arranque por Janet Yellen, el euro se apreciaba hasta 1,1315 dólares, mientras el petróleo se animaba ante la evolución de las reservas de EEUU. En cualquier caso, el oro, gran indicador hoy del riesgo más que la inflación, ha subido a un 0,83%, hasta 1.236,25 dólares la onza. Seguramente es una buena inversión.