La volatilidad domina los mercados que se van arriba o abajo por la fuerte rotación que hay ahora en busca de nuevos pozos de rentabilidad. No basta con que Wall Street alcance máximos históricos. El Dow Jones pasa del negro al rojo con la misma facilidad con que un discjockey cambia de ritmo. El Ibex también sufre el mal del baile de San Vito.

El mercado lo tiene claro: Trump va a bajar los impuestos, recaudará menos y gastará más con sus macroplanes de obras de infraestructura. Eso es malo para la deuda. Y tienen razón: el rendimiento del bono americano a 10 años ha subido al 2,243%, el alemán al 0,36% y la prima de riesgo española está ahora en 123 puntos básicos. Moody´s también advierte que vienen malos tiempos para la deuda soberana por la inflación, tras 20 años disfrutando a lo loco. Entramos en la nueva post-modernidad. Por eso, Rajoy quiere que se aprueben cuanto antes los Presupuestos de 2017. No cabe dejar agujeros por donde penetren las dudas.

Sí, los bonos van a caer y la bolsa va a subir, pero hay que acertar. Ahora mismo está saliendo dinero de los emergentes porque se piensa que en Nueva York se puede ganar más. El Ibex sufre altibajos por sus vínculos con Latinoamérica. Eso no quita para la Bolsa de México ha subido en la apertura un 0,61%, o que el valor más fuerte en el Ibex haya sido Arcelor Mittal. 

Por su parte, el vicepresidente de la Reserva Federal, Stanley Fischer, dijo el viernes que la economía americana da muestras claras de fortaleza, dando a entender que subirán los tipos en diciembre. Eso ha hecho que la banca del Ibex, con Caixabank y Bankia a la cabeza subieran, acompañados de Mapfre, Sacyr OHL y Acerinox, entre otros.

Pero, como es la tónica habitual estos días, el vicepresidente del BCE, Vitor Constancio (que se va pronto y podría sucederle un español) ha advertido que el proteccionismo podría hacer mucho daño a Europa. Y así entre buenas noticias y malas ha terminado otra vez más la sesión.