La proliferación de streamings que permiten seguir cualquier tipo de acto en tiempo real han provocado que también estas convocatorias queden sometidas a la tiranía y los traspiés habituales de los directos. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, lo ha comprobado personalmente este lunes con la puesta en marcha de la Taula Nacional de l'Aigua. Aragonès se proponía inaugurar la reunión con una bienvenida a los presentes cuando se ha visto abruptamente interrumpido porque, aparentemente había algún problema con la señal que llegaba a los medios. La emisión del acto ha pasado olímpicamente por encima de la reunión misma, que tiene que poner las bases sobre cómo gestionar los recursos hídricos disponibles ante la persistente sequía.

Aragonès había empezado su parlamento de bienvenida recitando las autoridades presentes y agradeciendo a los asistentes que hayan respondido a la convocatoria, cuando, de repente, una funcionaria del Palau de la Generalitat se ha plantado a su lado dándole unos golpecitos en el brazo. El president, desconcertado por la interrupción con el acto estaba ya en marcha, ha intentado entender cuál era el problema con la señal que llegaba a los periodistas. Se ha detenido en seco, como si se tratara de una toma falsa, y ha advertido al público: "Esperamos un momento que no sé qué tenemos que hacer con los medios...".

Han sido unos instantes de desconcierto, que Aragonès intentaba llenar con algún comentario, supuestamente ocurrente. "Queríamos ponerse demasiado a ello...". Pero la cosa se ha alargado y el realizador, que incluso ha aprovechado para ensayar movimientos de cámara, ha optado finalmente por cerrar la emisión. Al cabo de unos instantes se ha reanudado de nuevo, de manera igualmente brusca, hasta el punto que el cámara no tenía el plano a punto y ha tenido que hacer un rápido zoom para encuadrar la presidencia de la reunión.

Como si nada hubiera pasado, el acto ha vuelto a empezar desde cero, de nuevo con los saludos, pero esta vez sin interrupciones.