Que España estaba abocada a una repetición de elecciones era un secreto a voces que casi todo el mundo daba por hecho, especialmente en las filas socialistas. Tanto es así que, con previsión, la presidenta de RTVE decidió adelantarse a la liturgia institucional.

Antes de que acabaran las audiencias del Rey con los líderes de los principales partidos españoles para certificar que no había opciones de presentar a un candidato a la investidura, Rosa María Mateo envió una carta a Sánchez, Casado, Rivera, Iglesias y Abascal proponiéndoles un debate durante la campaña del 10-N. Los presidentes del PP y de Cs han aprovechado este hecho para atacar, una vez más, la televisión pública española y pedir la dimisión de Mateo. El líder de Cs ha criticado que "diera por hecho que habrá elecciones", la prueba según Rivera que "está enchufada por Sánchez y no lo disimula".

Mateo ha salido al paso de las críticas explicando que se trataba de una carta de cortesía para comunicar que en el caso hipotético de que hubiera elecciones, les abría las puertas de RTVE para celebrar el habitual debate electoral.