El primer ministro de Holanda, Mark Rutte, ha protagonizado este martes una escena bien cómica. Rutte ha entrado en el Parlamento con un café en la mano y, al pasar un control de seguridad, se le ha caído por el suelo. Lejos de disculparse y dejarlo allí, el primer ministro ha pedido un palo de fregar al personal de limpieza del edificio y ha limpiado el líquido vertido al suelo. Ahora bien, ante cámaras, Rutte no ha sabido como coger el palo de fregar y ponérselo a su altura y ha tenido que ser ayudado por el personal de limpieza.