En junio de 1941 la España franquista todavía se creía que los alemanes iban a ganar la Guerra Mundial. Y se pensaba que con la derrota aliada España recuperaría Gibraltar y conseguiría un gran imperio. El 24 de junio, dos días después del inicio del ataque alemán a la URSS, al finalizar una gran manifestación falangista, grupos de activistas de ultraderecha se dirigieron hacia la embajada británica y al grito de "Gibraltar español" la apedrearon, ante la pasividad policial. El gobernador civil de Madrid, con el fin de quedar bien, llamó al embajador británico, Samuel Hoare, y se ofreció para enviarle a más policías para proteger la embajada. El diplomático, con auténtica flema inglesa, respondió simplemente: "No hace falta que nos envíen a más policías, basta con que nos envíen a menos manifestantes". No se equivocaba. Los manifestantes que habían roto los cristales de la sede diplomática habían sido animados, un rato antes, por Serrano Suñer, concuñado de Franco y confeso filofascista, al grito de "Rusia es culpable". Los agitadores eran los cachorros del régimen.

Ahora, en2018, después de seis años consecutivos de manifestaciones multitudinarias por la Diada, sin el menor incidente pese a la presencia de centenares de miles de independentistas en las calles, la Policía española envía a 600 antidisturbios en Catalunya para la festividad del 11 de Septiembre. El espantajo de la violencia es usado como pretexto, justamente, por los que la fomentan. Un policía agredió a un fotoperiodista antifascista al grito de "¡Viva Franco!" y "¡Arriba España!". El jefe de policía de Barcelona, desde su balcón de la Via Laietana, saludó con afecto a los ultras que brazo en alto lo aclamaban desde la calle en una manifestación unionista. Entre los miembros de los pelotones encapuchados y armados que retiran lazos amarillos se ha identificado una agente de la Guardia Civil. Desde las redes, los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado no hacen más que animar la violencia ultra (y ensalzar el franquismo). El 1 de octubre policías y guardias civiles dejaron a un millar de heridos en los colegios electorales de todo el país, para impedir a la gente votar... Si quieren una Diada en paz, no hace falta que envíen a más policías. Sólo hace falta que dejen de atizar la violencia.