Parece una broma pero no lo es. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, plantaron un árbol. Aunque no era un árbol cualquiera. Lo plantaron en los jardines de la Casa Blanca como símbolo de amistad entre los dos países.

Paradójicamente, ha muerto. De momento, sólo el árbol. Macron quiso obsequiar al presidente de los EE.UU. con un presente de Francia. Este se puso en cuarentena como medida de seguridad, igual que otras plantas o animales que llegan al país norteamericano. Pero Trump quería celebrar la ceremonia de plantación sí o sí.

Un año después parece que el árbol no ha superado la cuarentena. ¿Pero, y la relación entre los dos presidentes, cómo está? Poco después de la plantación simbólica, Trump, como ya es habitual, lanzó un dardo a través de Twitter contra el presidente francés, justo durante la celebración del centenario del final de la Primera Guerra Mundial. En aquel momento, expuso que Macron había hecho una propuesta "insultante" para construir el ejército europeo para enfrentar los EE.UU., China y Rusia.

¿Hará falta un nuevo árbol de la amistad para calmar los ánimos?