El 1 de enero es día de cambiar el calendario, pero el año 2002 se cambió también de moneda, de la peseta al euro, un hecho excepcional que, aunque se fijó un periodo transitorio de dos meses que a la larga incluso se hizo largo, provocó desazón en mucha gente ante el temor de no tener a tiempo la nueva moneda. Excepcionalmente, la sede del Banco de España en la plaza de Catalunya de Barcelona abrió las puertas para facilitar el cambio, pero con la intención de abrir solo por la mañana, pero las colas que se formaron obligaron a alargar el horario ante el enfado del propio director.

Así lo recuerda el usuario de X @BoigBCN, que ha recuperado en la red social las imágenes de aquel día, con el director en la puerta de la sede, con un cigarrillo en la mano, señalando al público que el Banco de España cerraba puertas, pero que habría euros para todo el mundo en los siguientes días. El hombre tenía razón, pero dentro del banco quedó bastante gente con la intención de conseguir la nueva moneda, aunque fuera al precio de sacrificar la comida de Año Nuevo.