Al encuentro que han celebrado esta tarde el rey Felipe VI y la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, para tratar el tema de la repatriación de españoles que están en el extranjero se ha producido un curioso choque cultural.

Mientras el monarca ha lucido una rojigualda en el recibidor e incluso otra entre sus libros, González Laya se ha salido del estilo habitual de una dirigente española. La ministra de Asuntos Exteriores ha acudido al encuentro con el Rey con lo que parece un sash escocés.

A ciencia cierta que González Laya, como a titular de Exteriores que es, tendrá conocimiento de la incomodidad que genera en el Estado español un país como Escocia, que se autodeterminó hace tan sólo seis años, dos después de que se iniciara el procés catalán.

No parece, pues, el mejor look para ir a ver al jefe de este Estado.