El gobierno de Israel y los principales actores políticos del país están expectantes por si el nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, cumple su promesa de trasladar la embajada de EE.UU. a Jerusalén, lo que sería un paso muy a favor de reconocer la histórica ciudad como capital israelí. Actualmente la embajada norteamericana está ubicada en Tel Aviv, como la gran mayoría de delegaciones diplomáticas.

Una normativa norteamericana de 1995 prevé trasladar la embajada de EE.UU. a Jerusalén, pero hasta ahora nunca se ha aplicado. Estos días el presidente Barack Obama ha decidido suspender durante 6 meses más el traslado. Pero el nuevo presidente podría cambiar de criterio.

La comunidad judía norteamericana tradicionalmente vota mayoritariamente demócrata, aunque una minoría lo hace por el Partido Republicano. En un intento de hacer mella en el electorado del Partido Demócrata, Trump adoptó más compromisos respecto a los temas sensibles para la comunidad judía en estas elecciones.