Se ha colocado una nueva estatua en Moscú y de momento, no gusta mucho. La escultura es del artista suizo Urs Fischer y se llama Big Clay. Se instaló durante el fin de semana cerca del Kremlin. Muchos residentes han dicho que la escultura parece más bien una caca de perro. Eso sí, de 12 metros de altura.
La escultura está destinada a ser una especie de llamamiento para la nueva Casa de la Cultura, que está a punto de abrir.
Polémica asegurada.