El astronauta norteamericano Mark Vande Hei y los cosmonautas rusos Antón Shkáplerov y Piotr Dubrov han llegado este miércoles a la Tierra a bordo de la Soyuz MS-18 procedentes de la Estación Espacial Internacional (EEI), cuyo futuro es cada vez más incierto por mor de las sanciones impuestas en Rusia por su campaña en Ucrania. "Han aterrizado. ¡Bienvenidos de vuelta, Antón y Piotr!", se podía leer en el Centro ruso de Control de Vuelos, que añadía en inglés: "¡Bienvenido de vuelta, Mark!".

Se trata de un retorno que marca diferentes hitos. El más importante es que el astronauta norteamericano ha vuelto en una Soyuz rusa, a pesar de las informaciones que señalaban que estaba retenido en el espacio. Medios occidentales como Fox News hablaban de la posibilidad de que Roscosmos se negara a devolver Vande Hei para responder a las duras e inéditas sanciones impuestas contra Rusia después del inicio de la guerra. La agencia espacial rusa, sin embargo, se apresuró a desmentir esta suposición y afirmar que "Roscosmos nunca ha permitido que nadie dude de su confianza como socio".

Austronauta de Estados Unidos, Mark Vande Hei, vuelve en la Tierra cono una Soyuz Efe

El astronauta norteamericano Mark Vande Heinde en su retorno a la Tierra con una Soyuz / Efe

Aunque Washington y Moscú siguen negociando la posibilidad de "vuelos cruzados" y no la descartan del todo, esta opción se vuelve cada vez más remota, igual que la de muchos otros proyectos conjuntos, a medida que resuenan los cañones y queman las ciudades en Ucrania. Es por eso en lo que el aterrizaje de Vande Hei se podría convertir el símbolo del fin de todo el abanico de la cooperación internacional al espacio y, más todavía, del punto final del EEI.