El pintor Antoni Vives Fierro, incansable a sus 80 años, ha seguido creando durante el confinamiento. Cerrado en su masía Cal Papitu de Sers, en el Penedès, colgaba cada noche al Instagram un dibujo de su estilo característico, retrato de escenas urbanas que este paseante incansable tiene retenidas a su memoria. Artista postimpresionista llaureat, con exposiciones a Nova Iork, Londres, Tokio o Ginebra, retratista de la Habana, Londres, Paris o Barcelona, cuyos escenarios emblemáticos tiene retratados con sus pinceles, es muy escrupuloso en la concepto de arte, honor que reserva en la pintura y en todo caso en la escultura. Las performances o las instalaciones las enmarca "más bien en el mundo teatral" y descarta la fotografía - "la cosa más tonta que hay" - porque no tiene dificultad "con estas máquinas de dispar ametralladora que hacen cien instantáneas por segundo".

"Yo descubrí que la ciudad es un paisaje en el Londres los años 70. Lo tienes que pisar, la misma gente que vive allí no se da cuenta de lo que tiene delante suyo". Momento actual del arte. La pintura nunca ha estado en un momento álgido. Si tienes tenacidad, entrega, voluntad, puede ser que te salgas con la tuya, pero es complicado. Ahora todavía más porque a partir del mundo que se ha vuelto más cibernético... está muy bien a nivel de divulgación, pero llega un momento en que quizás tenemos demasiada información. "Es muy virtual, eso de verlo por una pantalla no es lo mismo, la pintura hace falta tocarla".

El método de acceso al arte cambia. "Las galerías van desapareciendo porque les parece más fácil hacer exposiciones virtuales. Yo no creo en eso, es una distracción, sí, pero es como ver un museo in situ o a través de la pantalla". Y no da mucha credibilidad a las subastas. "Los pintores más modestos se ven perjudicados porque ponen unos precios de salida golosos para que el público se acerque y la gente se queda con este precio de salida, no sobre el precio final. No tendría que estar permitida la subasta de obra de pintores vivos, porque los perjudica".

Le duele que en nuestro país no se valore lo suficiente a los artistas catalanes. Coincide con lo que le dijo una galerista parisina: "Todos estos nombres que me dice -Miró, Tapias, Clavé, Grau Sala- no serían nada si no hubieran pasado por Paris". Cree que entre los compradores de obras millonarias hay más mimetismo para competir con los otros que esnobismo. Sobre el futuro del arte no es muy optimista. "Con mi generación y la de mis hijos se acaba la historia. Mis nietos no creo que visiten exposiciones. Museos, quizás sí, porque los promocionan por la televisión y la gente va".

La campaña #joimpulsotalent permite hacer aportaciones económicas para apadrinar talento de una forma muy sencilla, ahora y aquí.