Hidratarse y beber agua. Ventilar y mantener frescos los hogares. Evitar hacer deporte y esfuerzos al aire libre a las horas centrales del día. Y protegerse del sol con crema solar. Hay más, pero siguiendo estos consejos básicos, se consigue minimizar significativamente los efectos del calor del verano y especialmente de las olas de calor, una situación meteorológica de riesgo que cada vez es y será más frecuente en un clima cada vez más caluroso.

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Por eso, el Govern de la Generalitat hace este año especial incidencia al concienciar a la ciudadanía de la importancia de seguir estos consejos elementales. Y lo hace a través del Departamento de Salud con la nueva campaña 'Un verano sin UFFF', que estará activa todo el verano y que incluye recomendaciones ante este fenómeno climático de riesgo, especialmente entre la población más sensible y frágil. De hecho, los efectos de las elevadas temperaturas del verano ya pueden considerarse tan preocupantes como los de la gripe en invierno.

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Niños jugando en una fuente

Por lo tanto, dado que no hay ninguna vacuna contra los golpes de calor, en verano la única manera que tenemos a mano es la prevención. Y eso significa seguir los consejos de la campaña, los materiales audiovisuales de la cual –vídeos, abanicos, carteles, chapas- se difundirán a través de los canales de comunicación del sistema sanitario público catalán, por redes sociales y por los medios de comunicación. Estos mensajes van en la línea de lo que recomienda el Plan de actuación para prevenir los efectos de las olas de calor sobre la salud, que está coordinado por la Agencia de Salud Pública de Catalunya y el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), con la participación del Departamento de Territorio y Sostenibilidad y el Servicio Meteorológico de Catalunya, entre otros.

La red de salud se adapta a las necesidades del verano

De la misma manera que la población tiene que prevenir para adaptarse a este clima caluroso, la red sanitaria pública de salud adecua los servicios a la actividad asistencial que se prevé al verano, cuando la población a menudo se concentra en unas zonas determinadas, sobre todo en la costa.

Así, el CatSalut aumentará el dispositivo de profesionales para reforzar la atención primaria y hospitalaria, lo que supone disponer de hasta 503 profesionales equivalentes adicionales, la mayoría para los equipos de atención primaria. En este ámbito, las regiones sanitarias de Terres de l'Ebre, Tarragona y Girona son las que reciben la mayor parte de este incremento de personal. Con respecto a los hospitales, como cada verano, el dispositivo permitirá responder a la actividad programada –que baja en estos meses– y a la urgente, siguiendo criterios clínicos, manteniendo las intervenciones con ingreso y de alta complejidad y priorizando la cirugía cardiaca y oncológica. Hay que reiterar que esta adecuación funcional de los centros es transitoria y adaptable a las necesidades de asistencia que se produzcan, de manera que se pueda dar una respuesta adecuada y flexible en todo momento.

Por último, el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) también refuerza el dispositivo este verano con 25 unidades adicionales de soporte vital básico y adelantado, que realizarán 31.260 horas de servicio. Estas medidas amplían la cobertura en las zonas de costa, en la que durante el verano aumenta significativamente la población.

El peligro del golpe de calor

El exceso de calor puede suponer un peligro para la salud y agravar una enfermedad crónica o provocar deshidratación y agotamiento. Si la exposición a temperaturas muy altas se prolonga, la temperatura del cuerpo se puede elevar hasta niveles peligrosos y se puede sufrir un golpe de calor

Este trastorno, que puede llegar a tener consecuencias muy graves, requiere atención médica inmediata. Los niños, pero también las personas mayores o las personas que sufren enfermedades crónicas, están especialmente expuestos a sufrir las consecuencias de un calor excesivo, como un golpe de calor o deshidratación.

Foto consellera Salut

La consellera de Salut, Alba Vergés, en el ‘photocall’ de la campaña

De hecho, durante el verano pasado, en el que se produjeron dos oleadas de calor, se notificaron 65 casos de golpe de calor y murieron 28 personas, la cifra más elevada registrada desde el 2004. De las 28 personas, la mayoría ya tenía una patología de base o estaba al aire libre, trabajando o haciendo deporte.