Una proporción de las personas mayores de 70 años (cerca de un 5%) y, especialmente, a partir de los 80 años (cerca de un 12% de la población en este grupo de edad) desarrollan una arritmia que recibe el nombre de Fibrilación Auricular (FA).

"Normalmente, la FA se manifiesta en forma de sensación de palpitaciones, ahogo, mareos u otros síntomas, pero hay cerca de un 30% de pacientes con FA que no tienen ningún tipo de síntoma (asintomáticos) y en los que la FA es un hallazgo casual durante una revisión médica rutinaria", apuntan los doctores Xavier Viñolas y Víctor Bazán, de la Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Barcelona. Este dato es importante, porque en hasta el 20% de casos la presentación de esta arritmia es en forma de una de sus consecuencias más temidas: la embolia cerebral o ictus.

Para la prevención de ictus en pacientes con FA se debe iniciar tratamiento con fármacos anticoagulantes, que consiguen diluir los trombos que se forman dentro del corazón en pacientes que tienen FA.

Asimismo, la FA es una arritmia que, si no se trata en sus etapas más iniciales, puede cronificarse y evolucionar a lo que llamamos FA permanente. Los pacientes con FA permanente tienen peor calidad de vida e, incluso, sobre todo en pacientes que tienen insuficiencia cardíaca como consecuencia de la arritmia, un peor pronóstico vital.

operación   unsplash

A efectos de disminuir la cantidad de FA (la llamada carga arrítmica) y de retrasar la evolución a FA permanente, las últimas décadas se han desarrollado técnicas de ablación de FA con catéter. Estos procedimientos de ablación, realizados por especialistas en arritmias cardíacas, tienen como objetivo ir al origen de la arritmia, concretamente la región de la aurícula izquierda del corazón en la que desembocan las venas que provienen de los pulmones (venas pulmonares). Por este motivo, estas técnicas de ablación han recibido el nombre genérico de ablación de venas pulmonares.

"Los resultados de la ablación de venas pulmonares son en general satisfactorios, sobre todo en pacientes con poco tiempo de evolución de la arritmia y que tienen un corazón y una aurícula izquierda morfológicamente normales, en los que las tasas de mantenimiento del ritmo normal a largo plazo (más de 5 años) son mayores del 60%, sin necesidad de tratamiento con fármacos antiarrítmicos para asegurar un absoluto control de la carga arrítmica de FA", cuentan los especialistas. 

Las modalidades técnicas para ablación de venas pulmonares son dos:

1) Crioablación de venas pulmonares: Esta técnica consiste en una lesión por congelación a nivel de la desembocadura de cada una de las venas pulmonares (generalmente 4, dos por cada pulmón). Dicha lesión se realiza mediante un balón que contiene nitrógeno líquido en su interior y que se introduce a través de un catéter desde la vena femoral hasta la aurícula izquierda, previo paso de aurícula derecha a izquierda a través del tabique que separa ambas cavidades (punción transeptal).

Crioablación de venas pulmonares

2) Ablación de venas pulmonares con catéter de radiofrecuencia y sistema de navegación electro-anatómico: Siguiendo un acceso similar (desde vena femoral hasta aurícula izquierda a través de punción transeptal), se introduce un catéter con capacidad para aplicar radiofrecuencia y, después de reconstruir la cavidad auricular izquierda con un segundo catéter, se realiza una cauterización alrededor de la desembocadura de las venas pulmonares, normalmente englobando dentro de la misma lesión las venas pulmonares de cada lado. Los resultados de ambas técnicas son, en manos expertas, similares.

La selección y seguimiento de pacientes candidatos a ablación de venas pulmonares se realiza desde la consulta de Cardiología-Arritmias, en la que se discuten con el paciente las ventajas y desventajas de cada una de las opciones terapéuticas que se ponen a disposición de cada paciente con FA.

Ablación de venas pulmonares