Hace unos años, y no demasiados, el reciclaje era más una excepción que una norma. Se podría decir que estaba reservado a unos pocos, a los más concienciados, quizás, a aquellos adelantados eruditos del medio ambiente que ya se olían, muy acertadamente, que había que implementar medidas urgentes para cuidar el planeta. Hoy en día, reciclar es una acción democratizada. Cada vez son más los recursos que se emplean para generar menos residuos y productos más sostenibles, adaptados a las casuísticas de la sociedad actual y con miras al futuro. Porque necesitamos actuar hoy si queremos un futuro, esto parece ser ya una premisa indiscutible.
Apostar por el reciclaje químico es el paso adelante que ha dado el grupo BASF en su proyecto pionero ChemCycling, una jugada maestra para tratar aquellos residuos plásticos más difíciles de reciclar. Ha sido uno de los reclamos de Expoquimia 2021, el salón internacional del sector químico que se celebró en Barcelona del 14 al 17 de septiembre y que pone sobre la mesa diferentes soluciones que dan respuesta a necesidades tanto sociales como medioambientales. Según Daniel Campo, Director Comercial del grupo en España y Portugal, es un proyecto muy ambicioso de cara a desarrollar otras tecnologías. “El sector del envasado está demandando productos reciclados por las nuevas restricciones en el uso de plástico y la concienciación del consumidor, pero existen otros sectores, como el textil, el calzado o el mueble, que también se están fijando objetivos”, explicó en su presentación de la Smart Talk.
La economía circular extiende el ciclo de vida de los productos.
¿Qué es ChemCycling?
La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, renovar o reciclar materiales existentes todas las veces que sea posible para reducir los residuos y extender el ciclo de vida de los productos. Chemcycling coge de ahí su estrategia sostenible; se trata de un proyecto piloto de transformación química para reciclar residuos plásticos mediante pirólisis – es la descomposición química de materia orgánica y otros materiales, excepto metales y vidrios, causada por el calentamiento a altas temperaturas y sin oxígeno. Esto permite que se puedan convertir residuos plásticos difíciles de reciclar mecánicamente en materia prima para fabricar otros plásticos; algunos de los plásticos más complicados de reciclar son los mixtos, envases multicapa de alimentos o aquellos que tienen residuos. De hecho, durante la presentación los visitantes pudieron seguir el itinerario de los plásticos hacia una segunda vida marcado por ChemCycling, a través de unas gafas Oculus de realidad aumentada.
Este proyecto pionero permite reciclar residuos plásticos difíciles de reciclar, como envases multicapa o mixtos
¿Pero qué se consigue con este proyecto? Generar productos certificados con las mismas propiedades que los fabricados a partir de materias primas fósiles, reduciendo el consumo de recursos fósiles finitos. Uno de los ejemplos es el EcoCart e-180, el primer carro de supermercado ecológico, desarrollado por Polycart y totalmente fabricado con plástico post consumo. Las partes estructurales del carrito están fabricadas con Ultramid, un plástico procedente de este proceso generado por ChemCycling, y no utiliza ningún colorante, produciéndose únicamente en color gris.
La Ren Chair mejora la autonomía de los usuarios.
Otros proyectos revolucionarios
Cualquier mejora relacionada con Internet es una buena noticia para todos, que nos pasamos media vida conectados a la red y pensamos en las redes tecnológicas como en algo indispensable para llevar a cabo nuestras tareas laborales. El pasado noviembre, el grupo BASF selló una alianza con Cellnex Telecom para instalar la primera red privada basada en tecnología 5G en la industria química española; se trata de uno de los primeros proyectos pilotos en todo el panorama industrial estatal, con lo que es una transformación crucial para la industria química – y quién sabe si en breves, también, para los demás sectores. La quinta generación de Internet (5G) permite multiplicar por 10 la velocidad y la capacidad de transmisión de datos, reduce por 10 el tiempo de respuesta y tiene una fiabilidad mucho más elevada.
La apuesta tecnológica busca más resistencia y durabilidad
Trabajo a parte, la tecnología también es un must en nuestra vida íntima y nuestros quehaceres. Muestra de ello es la Ren Chair, un prototipo de silla de ruedas que ofrece una experiencia completamente nueva al usuario, brindándole más autonomía mediante el control por app. Además, se utilizan materiales de alto rendimiento: poliuretano termoplástico, poliuretano termoplástico expandido, poliuretano y otros plásticos técnicos que no son solo más ligeros que los de las sillas de ruedas convencionales, sino que tienen más durabilidad, son más confortables y resistentes al deterioro por el uso. Otro de los detalles clave para la autonomía de los usuarios son los sensores y conectores que incorpora, ya que mejoran la seguridad al detectar movimientos.