Los viñedos de la denominación de origen (DO) Pla de Bages se extienden en una zona privilegiada marcada por formaciones montañosas míticas como Montserrat, la montaña sagrada de Catalunya, la sierra de Castelltallat o el macizo del Montcau. Asimismo, otros elementos como el espectacular Parque Natural de Sant Llorenç del Munt o las tradicionales “tinas” y “barracas” que salpican los cultivos le dan a esta zona de producción vitivinícola una personalidad única que impacta de lleno en el sabor y la riqueza de sus vinos. Estas humildes construcciones hechas de piedra seca servían de refugio y almacén a los payeses de la zona y hoy son un atractivo más de la zona, donde se contabilizan unas 4.000 estructuras de este tipo perfectamente conservadas.

Asimismo, esta DO ofrece grandes atractivos turísticos como la cueva de Sant Ignasi de Manresa, un centro de peregrinación Jesuita a nivel mundial, o las minas de sal de Cardona. A nivel meteorológico la denominación ofrece unas características propias del clima continental mediterráneo de media montaña. Así, el Bages ofrece unas condiciones idóneas para el cultivo vinícola: un excepcional microclima, una pluviosidad escasa y una fuerte oscilación térmica, además de un suelo franco arcilloso y calizo. Ante estos elementos, los vinos nacidos de esta afortunada tierra en el corazón de Catalunya están impregnados de notas balsámicas de espliego, tomillo y romero. Estas plantas aromáticas que pueblan los bosques de pinos, robles y encinas que rodean los viñedos modelan sensorialmente los vinos blancos, tintos y rosados que allí se producen.

 Todas las bodegas de la DO Pla de Bages tienen viñedos propios

Cabe destacas que todas las bodegas del Bages tienen viñedos propios, de esta forma los vinos del Bages ofrecen diferentes y variadas expresiones de esta tierra y de la gente que la trabaja con esmero y dedicación desde hace siglos. La variedad de uva autóctona de la comarca es la Picapoll, de la que se obtiene un vino blanco afrutado, de aroma fresco, con una espléndida textura y una personalidad inconfundible. Con estos atributos, dicha uva se ha convertido en símbolo de identidad del Bages ya que es el único lugar de España donde se cultiva esta preciada variedad.

En cuanto a la uva negra también se están recuperando las variedades autóctonas Picapoll negro, Sumoll y Mandó, que ayudan a consolidar el particular perfil de la zona. Las otras variedades que se cultivan son el Macabeu, la Perellada, el Chardonnay, el Sauvignon blanc y el Gewürztraminer para blancos, y la Garnacha, el Tempranillo, el Merlot, el Cabernet Sauvignon, el Cabernet franc y la Syrah para los negros.

La tradición vitivinícola del Bages se remonta al siglo X, cuando los monjes del monasterio de Sant Benet empezaron una tradición que ha llegado hasta nuestros días adaptando un producto de alta calidad y siglos de historia a los gustos y necesidades de los consumidores actuales. Paralelamente, las bodegas y pueblos de la zona también han aprendido a sacar partido de paisaje y el entorno a través del enoturismo, que ofrece a los visitantes, locales y extranjeros, la posibilidad de impregnarse de la rica cultura de la zona en unas experiencias que unen historia, vino, gastronomía y naturaleza.

Con la colaboración de la Generalitat de Catalunya

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