En poco más de 30 años, el 85 % de la población europea residirá en unas ciudades que a día de hoy consumen el 70 % de la energía y son las responsables de tres cuartas partes de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Asimismo, según explicó recientemente el asesor del Centro de Eficiencia Energética de Copenhague, Tim Farrell, a la Agencia Europea del Medio Ambiente, un buen uso de los recursos energéticos da más beneficios que costes a los gobiernos, al sector privado y a la sociedad en general en campos como la “mitigación de las emisiones, ahorros financieros, seguridad energética o beneficios para la salud”. 

La UE se ha aliado con empresas como Gas Natural Fenosa para desarrollar proyectos que mejoren la eficiencia energética

Ante esta realidad las instituciones comunitarias han decidido ponerse manos a la obra para fomentar la eficiencia energética y la sostenibilidad de las zonas urbanas a través del ambicioso plan “Horizonte 2020”. Para ello, la UE se ha aliado con empresas como Gas Natural Fenosa para desarrollar proyectos que mejoren la eficiencia energética y la sostenibilidad de las ciudades del continente a través de la iniciativas como por ejemplo “GrowSmarter”. Todo ello con la vista puesta en las previsiones que aseguran que a mitad de siglo casi 9 de cada 10 europeos vivirán en zonas urbanas, haciendo de estas el foco en el que concentrar todos los esfuerzos por el ahorro y la eficiencia.

La meta de este proyecto es reinventar las urbes partiendo de la idea de la Comisión Europea de concebirlas como “ciudades inteligentes” en las que el desarrollo tecnológico se traduce en mejores servicios para los ciudadanos, una mejor gestión de los recursos y un menor impacto sobre el medio ambiente. Este cambio de paradigma se traslada a una gran variedad de ámbitos y sectores, entre los que se encuentran el impulso de la movilidad sostenible, la gestión eficiente de los residuos o la puesta en marcha de edificios inteligentes.

Las ciudades escogidas para liderar el proyecto son Barcelona, Estocolmo y Colonia (Alemania), que actuarán como “ciudades faro” en la implementación de una docena de soluciones del campo de la “rehabilitación energética” de edificios y distritos “autosuficientes”, asimismo, otras ciudades más pequeñas como Cork (Irlanda), La Valeta (Malta) o Porto (Portugal) cumplirán el papel de ciudades “seguidoras” con la voluntad de acabar generando un efecto ola que transforme las ciudades del viejo continente a corto y medio plazo.

En el caso de Barcelona las actuaciones se centrarán principalmente en el distrito de Sant Martí y Nou Barris. Allí, Gas Natural Fenosa está aplicando una batería de tecnologías que buscan generar un ahorro energético de hasta el 60 % mejorando además de la calidad de vida de los vecinos en una iniciativa piloto que pretende ser replicable en otros barrios de cualquier ciudad europea. 

Dentro de “GrowSmarter”-iniciativa que cuenta con un presupuesto de más de 30 millones de euros- Gas Natural Fenosa está colaborando con administraciones y empresas para la rehabilitación de decenas de miles de metros cuadrados en los que se están implantando medidas de aislamiento, monitorización del consumo en las viviendas e instalación de programas de gestión de la demanda energética.

El proyecto “GrowSmarter” escucha la voz de los vecinos para diseñar sus estrategias de ahorro energético

Una de las características del proyecto es que tiene en cuenta la voz de los vecinos para diseñar sus estrategias, en el caso de Barcelona, el proyecto está encabezado por la Agencia de l’Habitatge de Catalunya y Gas Natural Fenosa, que realizaron un proceso participativo con las comunidades para diseñar las medidas a aplicar. 

“Desde el momento en que la obra acabó todo mejoró mucho a nivel energético. Es casi diciembre y aún no hemos encendido la caldera ni la estufa. Hoy en día el gas y la electricidad son caros así que vale mucho la pena hacer este tipo de intervenciones, nosotros ahorramos y los recursos naturales duran más, además ayudamos a no contaminar tanto. Las obras y reformas fueron rápidas y tuvieron poco impacto en la vida de los vecinos”, explica César Guiterrez. el presidente de una comunidad de vecinos beneficiada por el proyecto en el distrito de Nou Barris de Barcelona.

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Asimismo, el vecino destaca que el proyecto a beneficiado a muchos jubilados y viudas a los que se les permitió “mejorar las viviendas a un muy buen precio ganando mucho en calidad de vida, eficiencia energética y ahorro”. 

Paralelamente a las intervenciones en viviendas, en la capital catalana se están diseñando otras medidas para  convertirla en una auténtica “smart city”. En el ámbito energético se instalarán placas fotovoltaicas y almacenamiento energético, tanto en comunidades de vecinos como en edificios terciarios, contribuyendo a la autosuficiencia energética de la ciudad, también se desarrollará una plataforma de gestión de infraestructuras que permita proveer nuevos servicios a los ciudadanos y empresas y se optimizará el tráfico potenciando los vehículos ecológicos.

La eficiencia energética es una lucha que aporta más beneficios que costes

Estas y otras medidas desarrolladas simultáneamente en toda Europa ponen de relieve la importancia que están dando gobiernos y empresas a la mejora de la eficiencia energética. Esta lucha silenciosa aporta unos beneficios muy superiores a los costes que supone, tanto en ahorro como en mitigación de los efectos del cambio climático y reducción del impacto que tiene la contaminación en la calidad de vida de los ciudadanos.