Con una población que supera los 200.000 universitarios, cada año son muchos los estudiantes de Catalunya que se tienen que marchar de su localidad de residencia habitual para ir a estudiar a alguna de las ocho universidades de la demarcación de Barcelona. En muchos casos, eso implica un trasiego suplementaria: tener que encontrar un alojamiento accesible donde residir mientras se cursan los estudios. Sensible a esta realidad, el Govern de la Generalitat, mediante el Consell Interuniversitari de Catalunya, promueve dos programas destinados a facilitar la búsqueda de alojamiento para estudiantes universitarios desde una doble vertiente que tenga en cuenta criterios de accesibilidad y valores humanos.

Barcelona Centre Universitari (BCU)

Barcelona Centre Universitari (BCU) nació el año 1997 con la misión de impulsar, coordinar y dirigir todas las acciones y actividades que son consideradas necesarias para promocionar Barcelona y su área metropolitana como un centro universitario internacional. Con el apoyo de la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona y las ocho universidades de la demarcación de Barcelona, el BCU tiene como uno de sus objetivos prioritarios proporcionar alojamiento a estudiantes, investigadores y profesores universitarios mediante una central de reservas.

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En este sentido, el BCU trabaja con diferentes agencias que ofrecen varias tipologías de alojamiento para estudiantes desde el compromiso con el cumplimiento de una serie de buenas prácticas con respecto a las condiciones de la vivienda. Entre estas, está la obligación que los alojamientos dispongan de cédula de habitabilidad, sean seguros, estén en buenas condiciones higiénicas, tengan wifi y estén amueblados y equipados para entrar a vivir.

Aunque la demanda mayoritaria de alojamiento proviene del extranjero, un 30% corresponde sin embargo a estudiantes de Catalunya y del resto del Estado que quieren instalarse en Barcelona. Para ellos, el BCU proporciona habitaciones desde 250 euros/mes hasta 600 euros/mes y pisos a partir de 380 euros/mes. Teniendo en cuenta las agencias colaboradoras, el BCU dispone en total de una bolsa de cerca de 12.000 plazas para estudiantes, profesores e investigadores extranjeros.

La demanda de alojamiento aumenta considerablemente durante los periodos correspondientes al inicio de curso y la llegada de Erasmus en los meses de agosto y septiembre, y también en enero y febrero. Tener la posibilidad de compartir piso con estudiantes de todo el mundo es sin duda uno de los grandes alicientes de este tipo de alojamiento.

"Vivir y convivir", una experiencia intergeneracional

Más allá de facilitar un alojamiento para estudiantes, "Vivir y convivir" es un programa que ofrece un valor añadido de incalculable valor humano: la posibilidad de compartir piso con personas mayores en situación de soledad o que tengan necesidad de compañía. Coordinado por la Fundación Roure y con la participación de la Generalitat de Catalunya y el Ajuntament de Barcelona, esta iniciativa fomenta las relaciones solidarias e intergeneracionales facilitando alternativas de vivienda para jóvenes estudiantes durante el curso académico.

El programa fomenta un tipo de intercambio no lucrativo basado en la convivencia entre dos generaciones que, a causa de los cambios en las estructuras familiares en los últimos tiempos, no siempre han tenido la ocasión de convivir cotidianamente. Se trata, además, de un recurso muy accesible para los estudiantes con pocos recursos económicos que busquen alojamiento en Barcelona o alrededores. La edad media de las personas mayores que participan es de más de 80 años, mientras que el perfil mayoritario de los estudiantes corresponde a personas de más de 20 años.

Para poder formar parte de este programa las personas acogedoras tienen que tener más de 65 años, vivir solas y disfrutar de un estado físico y mental que les permita desarrollar las actividades diarias habituales de forma autónoma. También tienen que disponer de una vivienda en buenas condiciones de habitabilidad e higiene y estar dispuestas a compartir su casa.

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El programa fomenta un tipo de intercambio no lucrativo basado en la convivencia entre dos generaciones

Respecto a los estudiantes, tienen que tener menos de 35 años, estar matriculados en una universidad y no tener su residencia en la misma ciudad donde estudian. Como intercambio basado en principios solidarios y éticos, se pide a los estudiantes interesados una serie de compromisos como por ejemplo tener disponibilidad de tiempo para la convivencia y una buena predisposición hacia las personas mayores. Tienen, también, el deber de pasar un mínimo de 6 noches en casa de la persona acogedora y hacerse cargo de todos los gastos propios.

Un alto porcentaje de participantes en este programa, tanto jóvenes como abuelos y abuelas, repiten la experiencia vivida en años anteriores.

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