A la hora de dormir, hay que cerrar las persianas y apagar todas las luces. La exposición incluso a una iluminación ambiental moderada durante el sueño nocturno, en comparación con dormir en una habitación con poca luz, daña la función cardiovascular y aumenta la mañana siguiente la resistencia a la insulina, según ha concluido un nuevo estudio de la Universidad de Northwestern Medicine.

“Los resultados de este estudio demuestran que una sola noche de exposición a la iluminación moderada de la habitación durante el sueño puede afectar la glucosa y la regulación cardiovascular, que son factores de riesgo de enfermedad cardiaca, diabetes y síndrome metabólico”, aseguran los autores. “Es importante que las personas eviten o minimicen la cantidad de exposición a la luz durante el sueño”.

Ya hay evidencia de que la exposición a la luz durante el día aumenta la frecuencia cardíaca a través de la activación del sistema nervioso simpático, que acelera el corazón y aumenta el estado de alerta para enfrentar los desafíos del día.

Aunque estemos dormidos, el sistema nervioso autónomo se activa y es no es adecuado para la salud. Por lo general, el ritmo cardíaco junto con otros parámetros cardiovasculares son más bajos durante la noche y más altos durante el día pero con la luz se activan.

Mujer durmiendo con luz

Además, los expertos demostraron que la luz nocturna durante el sueño puede provocar diabetes y obesidad, porque aumenta la resistencia a la insulina. La resistencia a la insulina se produce cuando las células de los músculos, la grasa y el hígado no responden bien a la insulina y no pueden usar la glucosa de la sangre como energía. Para compensarlo, el páncreas produce más insulina. Con el tiempo, el nivel de azúcar en la sangre aumenta.

La exposición a la luz artificial durante la noche durante el sueño es común, ya sea de dispositivos emisores de luz en interiores o de fuentes fuera del hogar, particularmente en grandes áreas urbanas. Una proporción importante de personas (hasta un 40%) duerme con una lámpara de noche encendida o con una luz encendida en el dormitorio o con la televisión encendida.

El estudio probó el efecto de dormir con luz moderada en comparación con luz tenue en los participantes durante una sola noche. Los investigadores descubrieron que la exposición moderada a la luz hacía que el cuerpo entrara en un estado de alerta más alto. En este estado, la frecuencia cardíaca aumenta, así como la fuerza con la que se contrae el corazón y la velocidad a la que se conduce la sangre a los vasos sanguíneos para que fluya sangre oxigenada.

Los mejores consejos son no encender las luces, en caso de poner una que sea ámbar o roja/naranja (nunca blanca o azul) y ponerse antifaces si no se puede controlar la luz exterior.