A medida que los runners van dominando la técnica de la carrera, muchos de ellos se ponen el mismo objetivo: ir más rápido. Pero en un estudio publicado en la revista Current Biology, los investigadores muestran que acelerar podría requerir desafiar nuestra biología natural.

Al combinar datos de corredores monitoreados en un laboratorio junto con 37.000 carreras registradas en rastreadores de actividad física portátiles, los científicos descubrieron que la tendencia natural de los humanos es correr a una velocidad que conserve la pérdida calórica, algo que los corredores que buscan reducir el tiempo de sus kilómetros tienen que superar.

El grupo de investigación, compuesto por científicos de la Universidad de Queens en Ontario y la Universidad de Stanford en California, ha estado estudiando la mecánica de correr en laboratorios durante 15 años, pero hasta ahora no había tenido la oportunidad de estudiar correr en la naturaleza. “Pudimos fusionar los dos conjuntos de datos para obtener nuevos conocimientos y combinar los datos portátiles más desordenados con los mejores experimentos de laboratorio para conocer cómo corre la gente en el mundo”, afirma la coautora Jennifer Hicks, subdirectora de la Wu Tsai Human Performance Alliance de Stanford.

Lo que más sorprendió al equipo fue la consistencia que encontraron en los conjuntos de datos combinados. “Asumíamos intuitivamente que las personas corren más rápido en distancias más cortas y luego reducen su ritmo en distancias más largas”, revela Jessica Selinger, investigadora de neuromecánica en la Universidad de Queens. Pero este no fue el caso. La mayoría de los corredores analizados mantuvieron la misma velocidad, ya fuera en una carrera corta o larga de más de diez kilómetros.

Mujer corriendo por unas escaleras / Unsplash

Desde una perspectiva evolutiva, tiene sentido que las personas corran a la velocidad que utiliza la menor cantidad de energía. Esta conservación calórica es algo que se ha observado en todo el reino animal. Pero en el mundo moderno, las razones de los humanos para correr han cambiado, y si el objetivo es la velocidad, hay algunos trucos que los corredores pueden poner en práctica.

“Se ha demostrado que escuchar música a un ritmo más rápido ayuda a acelerar la frecuencia de los pasos, lo que luego puede aumentar la velocidad de carrera”, asegura Selinger. Además, elegir compañeros de carrera más rápidos puede darte un impulso.

Selinger y Hicks esperan que tener grandes conjuntos de datos de aptitud física de los dispositivos portátiles ayude a los investigadores a obtener información sobre las poblaciones. “Puede observar las conexiones con el entorno construido y el acceso a los recursos de recreación y comenzar a superponer todos esos datos para comprender realmente cómo mejorar la actividad física y la salud de manera más amplia”, termina afirmando Hicks.