Gritos como "Ada Colau y Jaume Collboni persiguiendo como siempre a la clase trabajadora" o acusar a una alcaldesa que abandera los derechos de los más humildes de querer imponer categorías "de primera y segunda" entre el mismo colectivo. Estas son algunas reivindicaciones que un centenar de trabajadores del Metro han llamado en las puertas del ayuntamiento de Barcelona esta mañana. ¿El motivo? Un convenio laboral renovado que no convence a nadie y cuenta con la oposición de los principales sindicatos, como UGT, y buena parte de la plantilla.

El nuevo marco regulatorio es visto por los trabajadores de este transporte como una amenaza por "la precariedad y fragmentación" que conlleva, basado en un sistema de contratos temporales que parece "no tener límites" a partir de ahora. Desde la sección sindical de la CGT del Metro de Barcelona lo argumentan así: "El nuevo sistema de contratos precarios no tiene ningún tipo de base jurídica para ganar grandes bolsas de obra pública a precios reducidos". Además, también lamentan el silencio de los grandes cargos contratados por Colau que "cobran mucho pero están desaparecidos con la excusa del teletrabajo".

Los trabajadores hacen una advertencia y piden que cuando estos vuelvan "no tengan la idea de hacer ningún tipo de charla de agradecimiento y motivacional" porque el ambiente es muy malo, están hartos de haber soportado grandes cargas de trabajo extras durante la pandemia y de poner "en peligro su salud mientras los jefes ni se sabe dónde paran" y lamentan el discurso que políticamente se ha propagado defendiendo y alabando que "el transporte público no ha cerrado nunca".

Esta manifestación en plenas fiestas navideñas es el preludio de una huelga convocada para el próximo 11 de enero. Los trabajadores del metro de Barcelona han convocado paradas para el lunes día 11 de enero, de 7 a 9 h de la mañana y de 16 a 18 h el día del retorno a las escuelas después de las vacaciones de Navidad. También se concentrarán el 28 de enero por la mañana en la plaza Sant Jaume. "Las consecuencias del paro del 11 de enero serán responsabilidad de la presidenta de TMB, Rosa Alarcón," expone Toni Edo, también desde el comité de empresa. Y asegura que, según el convenio del metro, no se puede aplicar este sistema de contratación y que no ven voluntad negociadora por parte de la empresa.

¿Y Colau qué responde?

Ada Colau mantiene un silencio absoluto y se desliga de la polémica aunque, aparte de alcaldesa, también forma parte de la máxima representación, junto con su gobierno, de TMB. La única referencia que encontramos es la de la presidenta del consejo de Administración de esta entidad y concejala socialista, Rosa Alarcón, pero va en otra dirección. En un tuit reciente, recuerda la importancia de "el uso de la mascarilla" a todos los usuarios del metro y recomienda hacer uso de este servicio durante la pandemia.