Las obras de la estación intermodal de la Sagrera, en Barcelona, han posibilitado un hallazgo arqueológico inesperado, un refugio antiaéreo de la Guerra Civil que no constaba en el censo de este tipo de instalaciones efectuado en 1938 y que, por tanto, ha aparecido de forma totalmente inesperada y con un excelente estado de conservación. En concreto, el descubrimiento, situado en el entorno de la Baixada de l’Estació, corresponde a un refugio de carácter privado o no público que daba servicio a la antigua estación de mercancías de la Sagrera. El elemento había quedado completamente oculto y solo ha emergido con motivo de los movimientos de tierra que comporta el proyecto ferroviario actual y la futura reurbanización de este espacio. 

Según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona este martes, el trazado de este refugio conectaba los dos edificios que se encontraban a ambos lados de la entrada a la antigua terminal de mercancías. Uno de ellos ya fue derribado en la década pasada, mientras que el segundo ha mantenido hasta ahora la sede de las oficinas de Adif desde donde se dirigen las obras de la futura estación intermodal de la Sagrera, aunque está previsto que este edificio sea derribado en el año 2026 en el marco del avance de las obras, aunque ya ha habido llamadas a evitar el derribo y destinar el edificio a otros usos.

El refugio presenta una tipología constructiva singular dentro del conjunto de refugios antiaéreos de Barcelona. Se trata de una estructura tipo búnker, excavada a cielo abierto y construida con hormigón armado, con una losa de cubierta de unos dos metros de grosor preparada para resistir el impacto de bombas de 100 kg. La estructura está situada a unos cuatro metros de profundidad y conserva dos entradas, una de las cuales ha podido ser documentada completamente. 

Acceso al refugio, en el ámbito de las obras de La Sagrera / Foto: AjBCN
Grafiti con las siglas CNT y FAI correspondientes a la Guerra Civil / Foto: AjBCN
Detalle de una de las salas del refugio, con bancos para sentarse alineados en las paredes / Foto: AjBCN

En el interior, el refugio dispone de dos galerías principales —de 2,50 metros de altura por 1,20 de anchura— que unían los edificios gemelos de la estación de mercancías en dirección norte-sur. A lo largo del recorrido se han identificado cuatro salas de grandes dimensiones, cuatro letrinas y un espacio de posibles funciones de almacén o enfermería. En total, la estructura tendría una longitud aproximada de 90 metros.

La construcción combina diferentes técnicas: tramos de esqueleto de hormigón recubierto con ladrillo macizo, techos de encofrado de cemento y recubrimientos de mortero de cal. Destacan también los bancos conservados en una de las salas, varias pintadas hechas alrededor de 1954 y grafiti con las siglas CNT y FAI que podrían corresponder al periodo de la Guerra Civil. Igualmente, se mantiene parte de la instalación eléctrica original, con cableado y portalámparas cerámicos. A pesar de algunos desperfectos puntuales, el estado de conservación es excepcional y hace de este refugio un caso único por su tipología y características constructivas. En estos momentos, la estructura se encuentra en fase de estudio y documentación mediante escáner láser.

La antigua estación, objetivo militar

L’antigua estación de mercancías de la Sagrera, construida entre 1918 y 1922 por la compañía MZA, ocupaba 200.000 m² y más de 17 km de vías. Fue uno de los principales nodos logísticos de Barcelona hasta su cierre en 1990 y un punto estratégico durante la Guerra Civil, hecho que la convirtió en objetivo de dos bombardeos en 1937. La CNT, que había colectivizado el sector ferroviario, impulsó con los trabajadores la construcción del refugio ahora localizado.