Seguimos sin fecha de finalización del templo de la Sagrada Familia. Así lo han confirmado este miércoles el presidente delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Esteve Camps, y el director general, Xavier Martínez, que en rueda de prensa han reconocido que "no estamos en condiciones de poner una fecha concreta a la finalización del templo". Los motivos actuales son la situación internacional y las consecuencias derivadas de ella, con el encarecimiento de las obras entre un 20 y un 30%. Antes de la pandemia, la Junta Constructora fijó el año 2026 como la fecha de finalización del emblemático templo, pero, ahora, después de dos años de visitas a medio gas y las obras paradas, además del encarecimiento de los precios y el transporte, la fecha ha quedado "aplazada", a la espera de la recuperación de las cifras de visitantes.

Con todo, la basílica de la Sagrada Familia parece que va recuperando la normalidad casi 3 años después de que estallara la pandemia del coronavirus. El templo de Antoni Gaudí recibió durante el 2022 un total de 3.781.845 visitantes, todavía por debajo de las cifras de antes de la pandemia, cuando en el 2019 estuvieron 4,7 millones. Con respecto a los ingresos, en el 2022 licitaron a 100,7 millones de euros -102 millones en el 2019 -, 53,9 millones de los cuales se han destinado a la construcción y la gestión de la Basílica.

20% de entradas menos que en 2019

Los 3.781.845 visitantes que pasaron por la Sagrada Familia durante el 2022, suponen un 20% menos que las entradas que se vendieron el año 2019. Con respecto a los beneficios, son cifras parecidas que de los datos prepandémicos. El director general de la junta constructora ha situado los detalles de este beneficio en los cambios introducidos en las entradas, no por el aumento del precio, sino por la creación de nuevos packs que "han funcionado muy bien". Según ha explicado Xavier Martínez, los más solicitados han sido los que incluyen: basílica, visita guiada y ascenso a las torres.

La caída del turismo asiático, que se empieza a recuperar gracias a nuevas conexiones aéreas con Corea del Sur, ha repercutido en el número de visitantes y de ingresos de la Sagrada Familia, ha precisado Martínez. Los visitantes españoles se han impuesto como los más numerosos, un 30% fueron catalanes; el 11,3% procedentes de Madrid; el 10,8% de Andalucía; el 10,4% del País Valencià y el resto, de otras zonas del estado español. Los turistas de Estados Unidos han ganado la partida a los asiáticos, y ya representan el 13,8% de los visitantes, seguidos de un 11,2% de franceses y un 9,4% de italianos, según datos facilitados por los responsables del templo. En total, desde que empezaron las visitas a la Sagrada Familia, el año 1915, lo han visitado a 82,8 millones de personas.

Obras en la Sagrada Familia

Con respecto a las obras que se llevaron a cabo durante el 2022, han recordado que se finalizaron dos de las cuatro torres de los Evangelistas y se sigue la construcción de dos más y de la Torre de Jesús, con ocho de los doce niveles previstos, además de la capilla de la Assumpta detrás del ábside de la Basílica y el claustro de unión con la sacristía de la calle Provença. Además, se inició la restauración de la fachada del Nacimiento, con el claustro del Roser y de dos de los cuatro pináculos de las torres de los Apóstoles Judas y Matias que la forman, y este año 2023 se continuará con las torres de Bernabeu y Simón, que se prevé que estén acabadas en octubre.

La Junta Constructora tiene claro que hay que respetar el proyecto original de Antoni Gaudí, con la construcción de una escalinata monumental hasta la fachada de Gloria, con una avenida que actualmente no existe y que supondría la expropiación de varios edificios donde viven centenares de vecinos. Esteve Camps ha explicado que, después de una primera reunión mantenida con el Ayuntamiento de Barcelona, las asociaciones de vecinos y entidades cívicas y profesionales de la ciudad para abordar este tema, no han sido convocados a una segunda, tal como estaba previsto. Esta obra ha sido motivo de controversia durante décadas en Barcelona, y los vecinos afectados han reiterado en varias ocasiones que temen que les expropien sus viviendas para poder finalizar el templo, como diseñó a Gaudí, cuyas obras se iniciaron en una ciudad condal del año 1882 a una zona de descampados y casi sin casas.