Una vecina de la calle de Loreto, en el barrio de les Corts de Barcelona, está sufriendo estos días la segunda parte de un particular calvario con su plaza de aparcamiento. En julio de 2020, en plena expansión de las terrazas en calzada favorecida por el gobierno Colau sufrió una primera parte cuando, de un día para otro, descubrió con estupor que una ampliación de terraza en calzada se había comido su plaza. Una situación indignante que se resolvió al cabo de unas semanas con la adjudicación de una nueva plaza de aparcamiento, eso sí, desplazada unos metros respecto de la anterior, que estaba situada justo delante de su domicilio.

Ahora, desde hace unas semanas que Maria Isabel Civit, que se desplaza en silla de ruedas, vive la segunda parte de este calvario, a causa del hecho de que se cambió el coche y todavía no ha conseguido que le cambien las placas de matrícula de la señalización vertical, aunque presentó instancia el 6 de abril pasado. Lo peor llegó una semana más tarde, cuando el 13 de abril la grúa municipal le retiró el coche nuevo por no corresponder con la matrícula de la señalización, a pesar de tener una tarjeta que acreditaba la condición de discapacitada de la titular del coche.

"La grúa sólo actúa a instancia de parte"

Más allá de los 298 euros que costó recuperar el coche del depósito municipal de la calle Tarragona, la indignación de Civit llega porque, en su experiencia, "la grúa municipal en estos casos sólo actúa a instancia de parte", según relata a elNacional.cat. Es decir, que ya se ha encontrado muchas veces su plaza ocupada y ha tenido que ser ella quien pida que actúe la grúa y retire el coche y hasta ahora nunca se había encontrado con que se hubiera retirado un coche sin pedirlo ella previamente. Por eso, tanto ella como su marido, consideran una "tomadura de pelo y una muestra de ineficacia absoluta" que los operarios de la grúa retiraran el coche de la plaza reservada para discapacitados sin que hubiera ninguna comprobación previa.

Queja plaza aparcamiento minusválidos, calle Loreto, 32 - Foto: Carlos Baglietto
Maria Isabel Civit, que se desplaza en silla de ruedas, delante de la plaza de aparcamiento que pudo recuperar en otoño de 2020, pero unos metros más arriba de su domicilio / Foto: Carlos Baglietto

"Por la matrícula ya se ve que el coche es nuevo, y no nos podemos creer que la Guàrdia Urbana no tenga ningún aplicativo que les permita comprobar quien es la titular de este coche nuevo", reclaman Civit y su marido, recordando que si el 6 de abril pidieron el cambio de placas, como puede ser que al cabo de una semana la grúa le retirara el coche. De hecho, la vecina presentó una reclamación por el dinero de la multa, casi trescientos euros, el 25 de abril, y de momento no ha tenido respuesta, mientras que a la señal que identifica el estacionamiento tampoco se han cambiado las placas y continúan las del coche viejo, que ya no es de su propiedad.

De hecho, a mediados de mayo, Civit recibió la autorización para el aparcamiento con la nueva matrícula, pero de momento no se han cambiado las placas, un hecho que considera como muestra de "desidia y falta de organización", especialmente en un caso que afecta a un "colectivo sensible" como es el de las personas con discapacidades: "Este colectivo necesita estas plazas y tendrían que ser más ágiles y más escrupulosos", remacha la vecina, que reclama que el ayuntamiento cambie las placas y le retorne el importe de la grúa, mientras vive con la desazón de no saber si puede estacionar su coche en su plaza de aparcamiento ante el temor a que la grúa se lo vuelva a llevar.

La plaza ya desapareció por una terraza

Hay que insistir en que el episodio de la grúa llega después de una batalla para conseguir mantener la plaza de discapacitada que desapareció por la ampliación de una terraza en calzada, aunque la vecina hacía más de diez años que tenía la plaza delante de su domicilio. De hecho, cuando unos operarios borraron la plaza de la calzada y pintaron una nueva señalización para instalar la terraza del restaurante de delante, los mismos trabajadores del local les advirtieron que se trataba del aparcamiento de una vecina en silla de ruedas.

Queja plaza aparcamiento minusválidos, calle Loreto, 32 - Foto: Carlos Baglietto
La plaza de aparcamiento original desapareció de un día para el otro por la ampliación de una terraza en calzada. Bajo las mesas todavía quedan los restos de la señalización horizontal / Foto: Carlos Baglietto

Significativamente, aquella ampliación no afectó a ni los aparcamientos para motocicletas ni la zona azul adyacentes. Al final, aquella situación se pudo resolver, aunque la plaza se desplazó unos metros y ya no cae justo delante del domicilio de la afectada. Ahora queda pendiente resolver esta segunda parte, la retirada del coche nuevo por parte de una grúa municipal que, según sostiene la afectada, en el caso de plazas para discapacidades, sólo actúa a petición de los afectados. Excepto en el caso de la calle Loreto...