El Ayuntamiento de Barcelona quiere evitar que la verbena de Sant Joan se alargue más allá de lo imprescindible, y se quiere ahorrar las protestas de los usuarios de las playas en horario diurno, que no tienen por qué encontrarse la arena llena de restos de la fiesta de la noche y madrugada anterior. Con este motivo y en un entorno donde las quejas vecinales crecen a causa de las molestias que provocan las aglomeraciones, como el ruido nocturno, el primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, ha adelantado que el viernes 24 de junio a las 5 de la madrugada, las playas barcelonesas serán desalojadas.

Aunque se espera que al principio de la próxima semana el consistorio dé más detalles sobre el operativo de seguridad, la atención se centra ya en el frente marítimo, lugar habitual de celebración de la verbena que acostumbra a cerrarse con la salida del sol. Este año, sin embargo, quizás sólo habrá empezado a clarear que las playas serán desalojadas para dar paso a los servicios de limpieza. Además, está previsto que los chiringuitos de la playa cierren este año a las tres y media, con la intención de que estén totalmente recogidos a las 4 de la madrugada. Este horario ha sido recibido con insatisfacción por parte de los restauradores, que recuerdan que en época prepandémica podían estar abiertos hasta las 5 de la madrugada.

A pesar de las quejas, Collboni ha asegurado, en declaraciones en La2 que había que hacer "un llamamiento a la responsabilidad", ya que la noche de Sant Joan, "es la noche del año que tenemos más gente en la calle". En este sentido, Collboni ha calculado que la previsión del consistorio es que hasta 60.000 personas celebren la verbena en las playas, una cifra similar a la del 2019, antes de la pandemia. Hay que recordar que en 2020 la verbena fue suspendida y que en 2021 se reunieron unas 25.000 personas en las playas barcelonesas en medio de una polémica por el hecho de que cada municipio decidió si abría o no las playas y muchas localidades metropolitanas quedaron cerradas. Además, se implementó un dispositivo para evitar que los asistentes a la verbena atravesaran las calles de la Barceloneta para acceder a las playas.

Subir las multas por consumir alcohol

Aparte de estas disposiciones, Collboni ha señalado también su intención de promover un endurecimiento de la ordenanza de civismo como medida para frenar los 'botellones'. En la misma entrevista en La2 ha planteado subir de 100 a 1.000 euros la multa para consumir alcohol en la vía pública, porque se trata de "prácticas incompatibles con la convivencia".

Por otra parte, Collboni ha vuelto a descartar que el ministro de Cultura, Miquel Iceta, sea candidato a la alcaldía por el PSC en su lugar, y ha asegurado que no aceptaría una propuesta del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, para dar un paso al lado como alcaldable: "No quiero ser ministro ni conseller, quiero ser alcalde". Ha sostenido que su caso es diferente al del primer secretario del PSC, Salvador Illa, que dejó el Ministerio de Sanidad para ser candidato a la Generalitat: "Hay una gran diferencia. Iceta, que era el candidato, tomó la decisión de ceder al testigo a otra persona. Yo eso no lo haré".