La anunciada visita del rey Felipe VI este lunes, 23 de junio, en el monasterio de Montserrat, se complementará por la tarde con una segunda visita a uno de los municipios más peculiares de Catalunya. Si por la mañana el monarca español visitará la abadía más icónica de Catalunya, por la tarde, y como curiosidad semántica, se desplazará a un lugar de nombre muy parecido, Badia del Vallès, una población de más de 13.000 habitantes situada en el Vallès Occidental que tiene una historia singular pero, especialmente, una geografía urbana realmente muy específica: su trama de calles se diseñó como si se tratara de una península Ibérica en miniatura.
Vamos por partes: este municipio es de constitución bastante reciente, ya que consiguió la autonomía municipal en 1994, en territorio hasta aquel momento a caballo entre los municipios de Cerdanyola del Vallès, Barberà del Vallès y Sabadell, y hasta aquel año se gobernó en régimen de mancomunidad por parte de Cerdanyola y Barberà. Con todo, el origen de esta localidad se sitúa en los años setenta, cuando se urbanizan lo que habían sido campos de cultivo para la edificación a destajo de un polígono residencial en el marco del desarrollismo de finales del franquismo, pensado para acoger las oleadas de inmigrantes procedentes sobre todo del sur de España. Es así como nace Ciudad Badia, una ciudad dormitorio en el extrarradio de Barberà que toma el nombre de una de las familias propietarias de los terrenos, los Badia.
Esta ciudad dormitorio, con unas 12.000 viviendas proyectadas, no desentonará nada al lado de Bellvitge (l'Hospitalet de Llobregat), Sant Ildefons (Cornellà de Llobregat) o Ciutat Meridiana (Barcelona) o a la que por el mismo tiempo se quería hacer en Gallecs (Mollet del Vallès y Parets del Vallès) y que finalmente se frenó. Ahora bien, si una cosa marca la diferencia respecto de los otros polígonos mencionados fue su articulación urbanística, ya que en el momento de diseñar sus calles se tomó una decisión curiosa, pero perfectamente comprensible dentro de los cánones políticos del momento: su trama urbana, vista a vuelo de pájaro, reproduce, a grandes rasgos, el mapa de España y Portugal, y donde hay espacio también para las Illes Balears.
Un mapa singular
Como polígono de viviendas y no como núcleo poblacional tradicional, Ciudad Badia fue diseñada desde Madrid, donde se decidió adaptar el terreno disponible para dibujar unas calles que recuerdan la península y que, además, tienen nombres que remiten a los referentes en un mapa real. Así, las avenidas que rodean el núcleo central de Badia del Vallès tienen los nombres de Costa Brava, Mediterrània, Via de la Plata y Cantàbric, y las calles interiores, son las de Burgos, Bètica, la Manxa y Saragossa, ubicados aproximadamente donde correspondería geográficamente dentro de esta España en miniatura. A la izquierda de este núcleo central se sitúan las calles de Porto y el Algarve, allí donde a escala real está Portugal, y a la derecha, las calles que remiten a las Illes Balears, es decir, las de Mallorca, Menorca e Eivissa. Ya al límite del municipio, una avenida de la Costa Balva remite a un camino hacia Francia que, en realidad, lleva a Barberà del Vallès.

Todo este polígono residencial de pisos de protección oficial, que al final contó con 5.372 viviendas -menos de la mitad de las previstos- fue inaugurado el 14 de julio de 1975 por el entonces príncipe Juan Carlos -que acabaría aquel año coronado rey-, por lo tanto, este año se celebra el quincuagésimo aniversario, que es la excusa oficial para la visita de Felipe VI este mismo lunes. Pero todavía pasaron casi veinte años hasta que se consiguió una autonomía municipal con la que se adoptó primero el nombre de Badia y, poco después, ya en 1995, el actual de Badia del Vallès, un municipio muy marcado por su misma idiosincrasia como polígono residencial.
De hecho, según indica la web del mismo Ayuntamiento de Badia del Vallès, ya a la finalización de las obras de las viviendas, "se detectaron toda una serie de déficits de equipamientos y de infraestructuras que originaron que durante las décadas de los setenta y de los ochenta se definieran los rasgos más característicos de Badia", entre los cuales, "un fuerte carácter reivindicativo" y "un importante movimiento vecinal asociativo que fue creando un sentimiento de pueblo" generado, sobre todo, por "la lucha para alcanzar las carencias de servicios que sufría la ciudad". De hecho, como otros polígonos de este tipo, se diseñaban para acoger mucha población, pero sin pensar que los nuevos vecinos necesitarían escuelas, mercados, bibliotecas, centros sanitarios...
Badia del Vallès en la actualidad
Actualmente, residen en Badia del Vallès 13.109 personas (Idescat, 2024), en un territorio de 0,93 km² -aproximadamente la misma superficie que el barrio del Fort Pienc del distrito del Eixample de Barcelona- y cuenta con una densidad de 14.095,7 hab./km² -menor que la de Barcelona, que es de 16.637,5 hab./km²-. Ahora bien, hace falta tener en cuenta que el término municipal de Badia del Vallès prácticamente se limita al espacio que ocupa el polígono de viviendas -excepto una zona deportiva situada fuera del mapa-, lo cual limita su capacidad de crecimiento en ningún ámbito, ni poblacional, ni empresarial. Dicho de otra manera, Badia del Vallès, que está integrado en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), no cuenta con ningún polígono industrial, ni ningún gran centro comercial, ni zonas forestales ni agrícolas.

Es decir, se trata de un municipio que a pesar de contar "con amplias avenidas, zonas verdes y de agradables paseos", cuenta con pocos recursos propios, más allá de los que generan los comercios existentes, ni tiene capacidad para poner en marcha planteamientos estratégicos que permitan generar ingresos -cómo sería el caso de un polígono industrial. Tampoco tiene ningún aliciente para el turismo y ni cuenta con estación de tren propia, ya que la más próxima es la de Barberà del Vallès y eso que buena parte de la población trabaja fuera del municipio. Además, actualmente enfrenta los problemas derivados de la presencia de amianto en los edificios, construidos en la década de los años setenta. Eso sí, a pesar de las dificultades, este año celebra el quincuagésimo aniversario del polígono -no de la constitución como municipio- con varios actos, donde se circunscribe la visita de Felipe VI. Fuera de Badia, sin embargo, el municipio es conocido por este peculiar urbanismo con la forma del mapa de España.