Una de las tradiciones navideñas más arraigadas en Barcelona es el debate de cómo tiene que ser el pesebre de la plaza de Sant Jaume, el que organiza directamente el ayuntamiento en el centro político de la ciudad. La pugna entre los defensores del belén clásico -del estilo de lo que cada año se puede ver en el Museo Marès-, y los del pesebre creativo enfrenta año tras año a los representantes de los partidos con representación en la Casa Gran con un cierto sesgo ideológico, las derechas son más tradicionalistas y las izquierdas más creativas, y eso hace que desde la etapa de Xavier Trias como alcalde que no se ha vuelto a ver un pesebre tradicional.

Por eso, la incógnita de este año es saber si el cambio de gobierno comportará algún cambio en la orientación del pesebre, y aunque tradicionalmente este debate se abre a mediados de octubre en el marco de la comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes, cuando algún partido -el año pasado fue el PP, y al final, el pesebre fue una videoproyección- pone sobre la mesa la cuestión del belén. Este año, sin embargo, este debate navideño se ha adelantado al principio de octubre, ya que el mismo Partido Popular no se ha querido esperar a la celebración de la comisión correspondiente y ya ha sacado el tema del tipo de pesebre que se ofrecerá a la ciudadanía.

Dani Sirera, presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, ya ha pedido al alcalde, Jaume Collboni, que este 2023 la plaza de Sant Jaume tenga un "pesebre tradicional", asegurando que este tipo de representación navideña desapareció por culpa de la anterior alcaldesa: "Ada Colau rompió con la tradición y menospreció este símbolo de Navidad por prejuicios ideológicos". "Barcelona merece un pesebre tradicional a su altura con el que los barceloneses y los que nos visitan disfruten de la Navidad en nuestra ciudad", ha añadido el líder de los populares en la capital de Catalunya.

Segundo sostiene el PP, desde 2015, año en que Colau llegó al poder, la plaza de Sant Jaume se ha convertido en "un trastero, unas cajas o unos palos con siluetas", y ha apuntado que instalar un belén tradicional delante de la Casa Gran no sería incompatible con poner pesebres en el centro de cada uno de los distritos en los que se combine modernidad con tradición navideña. Eso sí, aunque la petición quiere forzar al nuevo ejecutivo socialista a recuperar un tipo de belén concreto, lo cierto es que fue durante el mandato de Joan Clos cuando Barcelona instaló uno de los pesebres más polémicos de todos los tiempos, el del 2004, con un butanero entre las figuras que adoraban al niño Jesús.

Recuperar la pista de hielo

Asimismo, el PP considera que "Barcelona tiene que aspirar a ser un referente en todos los sentidos, también en la celebración de la Navidad, como lo son otras grandes capitales europeas", y por eso ha reclamado una decoración que abarque toda la ciudad y recuperar la pista de hielo que se instaló en la plaza Catalunya durante el mandato de Xavier Trias, que fue un éxito, "al contrario del mercado que instaló Colau en el que en algunas paradas vendían libros y camisetas con claro sesgo político, que nada no tenían que ver con la celebración de esas fechas". Con este posicionamiento del PP, queda oficialmente abierto el debate navideño en Barcelona.