Ha muerto Lluís Permanyer, periodista, escritor y cronista de Barcelona que desarrolló casi toda su carrera en La Vanguardia, a los 86 años de un infarto. Autor de más de ochenta libros dedicados al mundo del arte y a la capital catalana, así como de ocho documentales de televisión, ha dejado una gran obra periodística, bibliográfica y audiovisual que se extiende durante más de seis décadas y miles de artículos periodísticos. Seguía activo, y este mismo jueves publicaba un texto sobre el encuentro entre dos figuras del catalanismo, Joaquim Cabot y Lluís Millet, que fructificó en la construcción del Palau de la Música. De acuerdo con La Vanguardia, no habrá ni velatorio ni funeral, ya que Permanyer ha donado su cuerpo a la ciencia. Sí que se celebrará pronto un acto de recuerdo.
📚 Barcelona en los libros de Lluís Permanyer: una obra extensa de amor a la ciudad
📚 El Tik Tok de Lluís Permanyer
Nacido en Barcelona en 1939 y licenciado en Derecho, se dedicó muy pronto al periodismo. Colaboró en revistas como Destino, donde popularizó el "Cuestionario Prous", y pasó 22 años en la sección "Internacional" de La Vanguardia. Según contó él mismo, en esta sección "no había censura" y podía viajar —lo que le permitía comprar libros prohibidos—, aunque entonces ya escribía artículos sobre arte. Cambió de área "cuando se produjo el cambio institucional en el país" porque le pareció que sería "más útil" en el diario como cronista de Barcelona que hablando de Vietnam.
Barcelona y libros
Empezó en este nuevo rol con una base de datos propia que obtuvo vaciando manualmente en fichas 3.000 libros sobre la ciudad, ya que "es muy respetable la opinión, pero no hay opinión buena si no está fundamentada en datos". "Aun así, te puedes seguir equivocando, pero lo hago yo solo, no porque nadie me empuje", remarcaba. Y rechazó el título de cronista oficial de Barcelona porque "lo concede el poder": "Y no me interesa, yo ya soy cronista". También rechazó la medalla de oro de la ciudad y el cargo de jefe de prensa que le ofreció el president Josep Tarradellas cuando volvió del exilio. Sus crónicas tocaron muchos ámbitos de la ciudad, pero se especializó en arte, urbanismo y vida cultural, convirtiéndose en uno de los cronistas más reconocidos por su conocimiento de la capital catalana y, también, por su aspecto distinguido.
"Soy del partido monobarcelona, en el que estoy solo yo", bromeaba. Entre las múltiples anécdotas que le acompañaron, destaca una de cuando publicó La Barcelona lletja (2004). Después de la publicación de este libro que recogía los peores edificios de la ciudad, "algunos los arreglaron". "Aún recuerdo a una señora que me llamó, y me dijo: 'Tenemos que arreglar la fachada, ¿qué colores quiere que pongamos?'", explicaba. Su gusto por la anécdota se vio reflejado, por ejemplo, en el libro No la saps, aquesta? (1996). Su obra es muy amplia y retrata el urbanismo, la vida cotidiana y los aciertos o no del gobierno municipal, con títulos como Retrobar Barcelona (1988), Establiments i negocis que han fet història (1990), Història de l'Eixample (1990), Barcelona, un museu d'escultures a l'aire lliure (1991), Quinze dies d'eufòria (1992), Barcelona, un paisatge modernista (1992), Biografia del passeig de Gràcia (1994), Biografia de la plaça de Catalunya (1995), Biografia de la Diagonal (1996), L'esplendor de la Barcelona burgesa (2008), Vida privada de la Barcelona burgesa (2011) y Barcelona nocturna (2016), así como L'Eixample desaparegut (2021), El Passeig de Gràcia. 200 anys d'un espai burgès (2023) y Sagnier i els modernistes. L'ofici de l'arqutectura 1880-1930 (2025).
Amistades y artistas
Fue amigo de los grandes nombres de la cultura de su tiempo. De Joan Miró, recordaba "la honradez y la profesionalidad en el trabajo"; de Antoni Tàpies, cómo reflexionaba sobre el arte; de Antonio Saura, que era "un pozo de cultura universal"… "Y con Antoni Clavé tuve una amistad emocionante, era un hombre generoso y afectuoso a pesar del exilio y de lo que le había pasado", explicaba. Además, su amistad con Eduardo Chillida hizo que el artista instalara una gran escultura en el parque de la Creueta del Coll de Barcelona, e incluso le hizo de guía al físico Stephen Hawking cuando visitó la ciudad en 1988.
De hecho, también es autor de monografías y biografías sobre escritores y artistas, como Sagarra, vist pels seus íntims (1982), Tàpies i la nova cultura (1986), Clavé, escultor (1989), Miró. Noranta anys (1984), Brossa x Brossa. Memòries a partir del relat oral del poeta (1999), Josep Puig i Cadafalch (2001), Els Rubió, una nissaga d'intel·lectuals (2003), Miró. La vida d'una passió (2003), Dalí parlat (2003) y Antoni Clavé fa memòria (2004).
Documentales y premios
Realizó documentales sobre diversos aspectos de la ciudad, que también dirigía y presentaba: El meu Molino (2010), La Rambla, secrets d'un escenari (2011), Montjuïc, la muntanya odiada de Barcelona (2013) o Passeig de Gràcia, l'escenari burgès (2020).
En 2022 recibió el Premio Nacional de Periodismo Cultural del Ministerio de Cultura, por el cual declaró que su interés por la cultura venía de la infancia: "Teníamos la casa familiar llena de cuadros y libros y mi padre me llevaba cada domingo a ver exposiciones desde que era pequeño, y fui lector desde buen inicio, leía de todo, siempre he tenido una curiosidad universal y un poco dispersa, después me he ido concentrando". También fue galardonado con el Luca de Tena (1969), el Ciutat de Barcelona de periodismo (1987) y el Nacional de Periodisme de Catalunya (2008).
Entre los numerosos mensajes de duelo, Carles Puigdemont ha lamentado la pérdida de Permanyer, a quien ha descrito como un "maestro en el oficio" que contribuyó a poner el periodismo de Catalunya "a niveles de los estándares europeos". "Nadie es imprescindible, pero hay personas que son más difíciles de sustituir que otras, por su talento, por su estilo y por la coherencia de su trabajo. Que descanse en paz", ha manifestado el líder de Junts en un tuit.