Después de semanas en que las protestas contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han ido creciendo en intensidad, primero en los distritos y finalmente en el entorno de la plaza de Sant Jaume en el sonoro abucheo que tuvo lugar durante la lectura del pregón de las fiestas de la Mercè, finalmente la ciudadanía ha tenido la ocasión de hacer bien visible su oposición al rumbo que está tomando la ciudad, donde los problemas de incivismo, suciedad e inseguridad están a la orden del día. En el epicentro político de la ciudad, la plaza de Sant Jaume y de cara a la Casa Gran, un millar largo de personas han acudido a la convocatoria del movimiento Barcelona es Imparable, que se ha presentado así en sociedad en una concentración donde los gritos más repetidos han sido los de "Fora Colau" y "Colau dimissió".

 

De hecho, aunque los organizadores habían insistido en que la manifestación no era "para pedir la dimisión de nadie", el hecho es que el mensaje no ha convencido del todo a buena parte de los asistentes, un mosaico variado donde no han faltado colectivos como los que piden la democratización de Cuba o miembros del sindicato CSIF, que también querían hacerse presentes. Centenares de pancartas distribuidas por la organización con mensajes como "Prou inseguretat", "Prou brutícia" o "Prou dir no" se han combinado con otras de factura casera y mucho más explícitas: "Fora Colau".

Concentración

Los carteles oficiales han compartido espacios con pancartas caseras mucho más explícitas / Montse Giralt

Con todo, el movimiento Barcelona es Imparable se ha ahorrado hacer alusiones al futuro laboral de la alcaldesa, aunque a la hora de los parlamentos ha intentado desplegar todo su ideario, que, de momento, no tiene ninguna vinculación política explícita. De hecho, ningún partido político había dado apoyo a la convocatoria ni se ha visto ningún político de primera fila, al menos en el núcleo central de la convocatoria.

Movimiento social

Barcelona es Imparable se quiere dar a conocer como un movimiento que nace del tejido social y por eso el acto ha empezado con la lectura de las más de cien entidades adheridas y la lectura de su manifiesto fundacional. Acto seguido, han tomado la palabra los principales portavoces del movimiento, que representan el sector del comercio ―Gabriel Jené de Barcelona Oberta―, el estudiantil ―Ferran Piqué de la Federación Nacional de Estudiantes de Catalunya―, el vecinal ―Manel Martínez de Tsunami Veïnal― y finalmente el deportivo ―Gerard Esteva de la Unión de Federaciones Deportivas de Catalunya―. Este último, erigido en la cara más visible del movimiento, ha señalado el éxito de la convocatoria a pesar de "las presiones que hemos recibido".

Gerard Esteva en la concentración

Gerard Esteva muestra tarjeta amarilla al actual gobierno municipal / Montse Giralt

"Estamos aquí ante una situación que no nos gusta y que tenemos que cambiar", ha asegurado Esteva, que se ha referido a problemas de la ciudad como la insatisfacción vecinal y la inseguridad, con datos alarmantes como "uno de cada tres barceloneses será víctima de un delito antes de que acabe el año" o el hecho de que hay "más de 5.000 locales vacíos" y un "35 por ciento de paro juvenil". La concentración ha acabado con los asistentes mostrando letreros de color amarillo a modo de "tarjeta amarilla" al actual gobierno municipal. Esteva ha advertido: "Si no nos hacen caso, levantaremos la tarjeta roja".

Con la plaza llena, pero sin saturación, con 1.100 asistentes según la organización, los asistentes han acompañado los parlamentos con continuados gritos a favor de la dimisión de Colau, una muestra que si bien la primera convocatoria de Barcelona es Imparable ha sido bien recibida por la ciudadanía, no queda tan claro que su mensaje, que no quiere personalizar los problemas explícitamente en Colau, haya sido compartido por buena parte de los participantes.

 

Imagen principal: Un millar largo de manifestantes han respondido a la llamada de Barcelona es Imparable / Montse Giralt