El pasado 6 de octubre se dio a conocer el movimiento Barcelona es Imparable, una plataforma de más de ochenta entidades que quiere poner fin al periodo de degradación y desánimo en que vive la ciudad y hacer que recupere su liderazgo como referencia europea. Después del éxito alcanzado en la difusión de su manifiesto, esta semana llega su prueba de fuego, una manifestación en la plaza de Sant Jaume prevista para el jueves 21 de octubre a las siete de la tarde. Una movilización que, apuntan, no será para pedir "la dimisión de nadie", pero si para "sacar tarjeta amarilla al Ayuntamiento".

Pocos días antes de esta concentración, que se prevé multitudinaria, los promotores del movimiento quieren dejar constancia de los objetivos que los han llevado a dar un toque de atención al gobierno municipal, eso sí, aclarando que ni son un movimiento político ni tienen "intención" de convertirse "en un partido" y reivindicándose como un "movimiento poliédrico y transversal".

Gerard Esteve, presidente de la Unión de Federaciones Deportivas de Catalunya (UFEC), es uno de los portavoces de Barcelona es Imparable y quien representa la preocupación del mundo deportivo en la actual manera de hacer del consistorio. En conversación con elNacional.cat, recuerda que el movimiento está compuesto por todo tipo de entidades, que representan no sólo el sector deportivo, sino también "el vecinal, el del comercio, la investigación, la cultura y los estudiantes", entre otros.

"Inquietud transversal"

"Surgimos de la inquietud transversal de la mayoría de barceloneses y barcelonesas de cómo está evolucionando Barcelona en estos momentos", añade, para aclarar que "todos los índices nos marcan una bajada de la calidad de vida en la ciudad y más incivismo e inseguridad". Ante esta situación, reivindica la necesidad "de activar la sociedad civil" y rechaza que haya una voluntad política detrás: "Somos un movimiento pro Barcelona y buscamos un cambio de actitud, queremos demostrar que no estamos conformes en cómo evoluciona la ciudad y por eso pedimos y exigimos un cambio de tendencia para invertir los indicadores negativos".

Por su parte, otro de los portavoces es el promotor de la plataforma Tsunami Vecinal Manel Martínez, que apunta, en declaraciones a este medio, que "lo primero que se definió" a la hora de dar forma al movimiento es que no fuera "politizado", por eso lo define como una amalgama de sectores "que estamos faltados de atención", entre los cuales hay sitio para los vecinos y el pequeño comercio.

También es portavoz del movimiento Gabriel Gené, presidente de Barcelona Abierta -unión de los ejes comerciales del centro de la ciudad-, que apunta que el sector comercial "vive con preocupación" la gestión del gobierno municipal en cuestiones como "el urbanismo táctico y la reconfiguración del Eixample y el centro de la ciudad". Gené considera que todos estos cambios "no contribuyen a la recuperación económica" porque "limitan el acceso al Eixample y a Ciutat Vella, y por eso critica que se tomen decisiones "de espalda al sector económico".

El representante de los comerciantes apunta también que los estudios económicos señalan la mala situación actual, a la cual hay que añadir aspectos como los "problemas de seguridad, la permisibilidad permanente con los movimientos que desestabilizan, como los botellones y la crema de contenedores".

"No pediremos la dimisión de nadie"

Aunque la lectura fácil de este movimiento sería reducirlo a una movilización en contra de la alcaldesa, Ada Colau, Esteve apunta que la manifestación del jueves no se tiene que reducir en una simple lectura política. "No pediremos la dimisión de nadie", afirma, para aclarar que "ningún partido nos da apoyo, no hemos tenido contacto con ningún partido ni del gobierno ni de la oposición, ni tenemos ninguna voluntad de transformarnos en partido político ni promocionar a ningún candidato".

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Un cartel de Barcelona es Imparable en Nou Barris / Jordi Palmer

"El día 21 haremos un clamor para decir que hay un problema", señala a su vez Martínez, "porque en Barcelona le fallan una serie de actuaciones, la primera de las cuales es que no nos sentimos escuchados como es debido, falta empatía, falta pisar la calle y estamos hartos de políticas de despacho y hacer mesas para hablar de todo pero sin tomar decisiones vinculantes". "No pediremos la cabeza de ningún político, pero la manifestación es una tarjeta amarilla", añade Martínez, para señalar: "La expulsión no la decidimos nosotros, la decidirán los vecinos cuando vayan a votar".

"Nos dicen que la plaza puede quedar pequeña", añade Martínez, que insiste en que la manifestación servirá para dar "un toque de atención a los políticos, principalmente a los que mandan, pero también a la oposición", porque "nosotros denunciamos una situación y decimos a los que mandan que tienen la batuta para arreglarlo, de acuerdo con la oposición".

"Nosotros no vamos en contra de nadie", apunta Gené, "pero lo que hacemos es intentar colaborar con aquellas personas que están gobernando para hacerlo todo más fácil y también para nuestro sector".

"Tenemos intención de llenar la plaza de Sant Jaume y hacemos un llamamiento a todo el mundo a que venga, y si al final ha hay más gente y continúa por calles adyacentes demostraremos que lo que decimos es cierto", remacha Esteve.

¿Y después de la manifestación?

El mismo día que se dieron a conocer como movimiento, el primer teniente de alcaldía, el socialista Jaume Collboni, los invitó a mantener una reunión, que Barcelona es Imparable quiere que sea "a posteriori de la manifestación y que también esté la alcaldesa"

El mismo Esteve, que es presidente del UFEC y vicepresidente del Consell Municipal de l'Esport, ejemplariza esta falta de diálogo en el hecho que ha enviado más de "veinticinco cartas al ayuntamiento por temas de deporte y nunca se han querido reunir conmigo". De la misma opinión es Martínez, que apunta que "no se habla lo suficiente con los vecinos".

"No somos una plataforma para cambiar a la alcaldesa", añade Gené, al mismo tiempo que señala que hay que criticar "el no sistemático a los macrotemas, el no al Hermitage, el no al aeropuerto, el no a los Juegos Olímpicos... hemos perdido la ambición de ciudad y de ser lo que siempre hemos sido". "Queremos recuperar la Barcelona del sí", insiste Gené. En todo caso, después de la manifestación será el momento de ver como reacciona el ayuntamiento.

 

Imagen principal: Cartel llamando a la manifestación en un establecimiento de la Via Júlia / Jordi Palmer