El pleno de Barcelona ha dado este viernes luz verde para que el Ayuntamiento adquiera la Casa Buenos Aires, actualmente propiedad de los Pares Paüls, y se inicie una expropiación por valor de unos 3,5 millones de euros. En concreto, el plenario ha aprobado provisionalmente una modificación de Pla General Metropolità (PGM) que prevé que el consistorio adquiera el antiguo hotel y le cambie la calificación para hacer 37 alojamientos para personas mayores y jóvenes y equipamientos de barrio y lo catalogue para proteger su singularidad arquitectónica.

La aprobación ha sacado adelante con los votos favorables de los grupos en el gobierno municipal, BComú y el PSC, y ERC. JxCat se ha abstenido y Cs, PP y BCanvi han votado en contra. Superado este trámite municipal, el próximo paso será la aprobación definitiva a la Subcomisión de Urbanismo de Barcelona. A partir de aquí, se iniciará la expropiación.

La teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo, Infraestructura y Movilidad, Janet Sanz, ha asegurado que la modificación del plan "da respuesta a las reivindicaciones de los vecinos" y además cataloga el edificio patrimonial, solucionando así una "anomalía", que es que el edificio no estuviera protegido. ERC, el único partido de la oposición que ha votado a favor, ha agradecido la tarea de las personas y entidades que han estado trabajando para "salvar" el edificio modernista y ha celebrado que pase a ser un equipamiento público.

Críticas de la oposición

Desde JxCat, Jordi Martí ha defendido la protección patrimonial y hacer equipamientos y viviendas de alquiler asequible pero ha justificado la abstención porque la gestión política del gobierno municipal ha sido "un despropósito" y ha acusado a los comunes de imponer la decisión a sus socios de gobierno. Martí ha criticado la "incapacidad" de dialogar con la propiedad y ha advertido que el coste será más alto del previsto porque el caso se acabará judicializando.

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Imagen: El pleno de este viernes /ACN

Desde Cs, el PP y BCanvi las críticas se han centrado sobre todo en la fórmula de la expropiación. "No se puede hacer urbanismo de capricho", ha afirmado Celestino Corbacho (Cs). Óscar Ramírez, del PP, ha manifestado que los populares no están de acuerdo "con las formas" ante una propiedad privada. "No estaremos nunca a favor de la usurpación de la propiedad", ha dicho.

En una línea similar se ha manifestado Manuel Valls, que ha indicado que no se puede salvar el patrimonio de la ciudad a golpe de talonario". Ante las críticas, Sanz ha insistido en que la modificación del plan y la expropiación son "la única herramienta" y ha asegurado que el consistorio pagará "el precio justo". "No iremos a hacer más grandes los bolsillos de determinadas congregaciones", ha remachado.

Alojamientos asequibles y equipamientos

En concreto, la modificación del PGM prevé 17 alojamientos para personas mayores en el antiguo hotel y unos 20 para jóvenes en una edificación nueva en el patio. Además, también se quiere destinar a equipamiento de barrio la planta baja pero los usos se consensuarán más adelante con el vecindario y las entidades del entorno.

@elenabulet Casa Buenos Aires

Una de las pancartas reivindicativas que hay en el edificio / E.B.

Desde el gobierno consideran que así se da respuesta a la reivindicación vecinal de preservar la memoria y el valor del inmueble, así como a la necesidad de alojamiento protegido y asequible que tiene el barrio de Vallvidrera, el Tibidabo y les Planes y el propio distrito. En octubre, coincidiendo con el desalojo de los ocupantes de la Casa Buenos Aires, Sanz ya avisó de que la mejor opción era el proceso de expropiación porque garantizaba un precio "justo".

En ocasiones anteriores, Sanz ha asegurado que a pesar de ofrecer soluciones a la propiedad, esta sólo les había hecho ofertas "a precio de mercado". El objetivo del consistorio, dijo en octubre a la teniente de alcaldía, es que el equipamiento no esté vacío y se mantenga la actividad social que desarrollaban los movimientos ocupantes. "La Casa Buenos Aires es patrimonio de la ciudad", dijo entonces.

De hecho, la modificación del plan aprobada provisionalmente otorga un nivel C de protección en el edificio, uno de los diversos hoteles que se construyeron a principios del siglo XX en la parte alta de Vallvidrera. Así, las fachadas y elementos que formen parte, como balcones o barandillas, tendrán que mantener su esencia original, y los colores que haya que adoptar para las superficies y elementos de fachada se escogerán a partir de una interpretación "histórica, arquitectónica y paisajística".