El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha asegurado en varias ocasiones que tenía como límite la llegada de la primavera para aprobar los presupuestos y resolver la gobernabilidad de la ciudad. Mientras la segunda cuestión sigue sin aclararse, el alcalde ha optado por afrontar la cuestión del presupuesto con el penúltimo cartucho que le quedaba disponible, una vez ha constatado que no podía llegar a un acuerdo mayoritario para sacarlos adelante. Collboni presentará las cuentas a una Comisión extraordinaria de Economía el próximo martes, 20 de febrero, y si no prosperan, todavía tendrá el recurso de vincularlos a una cuestión de confianza, uno maniobra prevista en el ordenamiento municipal que comportará la aprobación de los presupuestos si la oposición no es capaz de articular, en un plazo de treinta días, una moción de censura con un candidato en condiciones de ganarla por mayoría absoluta.

"Me comprometí con que Barcelona tendría presupuesto en primavera y mañana mismo iniciamos los pasos para conseguirlo", ha afirmado el alcalde este miércoles a mediodía en una comparecencia de urgencia donde ha especificado que el jueves se aprobará la propuesta a la Comisión de Gobierno y se presentará la próxima semana a la comisión extraordinaria de Economía. La previsión, a estas alturas, es que ningún grupo excepto el PSC dé apoyo a los presupuestos, lo cual podría comportar que Collboni los vincule a una cuestión de confianza, un recurso que ya habían utilizado en alguna ocasión sus predecesores a la alcaldía, Xavier Trias y Ada Colau.

En todo caso, Collboni ha evitado hablar de activar el mecanismo de la cuestión de confianza, que, ahora sí, será el último resorte que le permita acordar el presupuesto, y por eso ha hecho un llamamiento a los grupos políticos a "facilitar su tramitación" y ha insistido en que su intención es avanzar "paso a paso" para conseguir que Barcelona tenga unas cuentas que, en esencia, "son fundamentalmente los mismos que presentamos en noviembre", eso sí, con una "modificación positiva", ya que se han sumado un 2% más de ingresos de los previstos inicialmente, que supone unos 72 millones de euros más.

¿Qué es la cuestión de confianza?

Vincular los presupuestos de un municipio a una cuestión de confianza comporta que si esta es rechazada, los presupuestos quedarán automáticamente aprobados si dentro del mes siguiente a la votación no se presenta una moción de censura, con candidato alternativo a alcalde o alcaldesa, o si una vez presentada no prospera. Por lo tanto, Collboni todavía tiene una carta escondida, que se beneficiará de la práctica imposibilidad de que la oposición no tenga capacidad para consensuar un candidato a alcalde o alcaldesa que pueda sumar una mayoría absoluta.