Los examinadores de tráfico empiezan el próximo lunes una nueva convocatoria de huelga para el mes de noviembre, que se podría alargar hasta diciembre.

El colectivo inició los paros el 19 de junio de este año, y desde entonces se ha estado repitiendo la misma fórmula en todas las huelgas: todos los lunes, martes y miércoles, exceptuando agosto.

El motivo de la protesta es la petición de un aumento del complemento específico (unos 240 euros) en sus nóminas que, según ha reiterado la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra), fue un compromiso adquirido el año 2015 por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT). No obstante, el organismo insiste en que no tiene competencias para efectuar la subida salarial, dado que es Hacienda quien tiene que aprobar los incrementos retributivos de los funcionarios.

La afectación de la huelga durante los últimos cinco meses

El jueves pasado, el director de Tráfico, Gregorio Serrano afirmó en la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible del Congreso que la huelga ha "incidido" pero la actividad no se ha visto "paralizada".

En este sentido, los paros han afectado las Jefaturas de Tráfico con la suspensión de más de 166.000 exámenes de conducir, así como ha incidido en el sector de las autoescuelas, las cuales aletean pérdidas millonarias que están ocasionando el cierre de centros de formación.

En julio, el Real Automòvil Club de Catalunya (RACC), informó de que unas 130.000 personas habían perdido la oportunidad de conseguir el carnet de conducir por culpa de la huelga.

Una nueva huelga que están dispuestos a alcanzar

Asextra ya avisó el 17 de octubre que la huelga continuará los meses de noviembre y diciembre "mientras no se atienda el compromiso adquirido en el 2015 con este colectivo" y acusa en la DGT de haber incumplido la mayor parte del acuerdo.