La comisión de Economía e Hisenda del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este martes una proposición del Grupo Demòcrata que insta al gobierno municipal a implantar una nueva tasa para operadores turísticos que gravará las visitas de un día, es decir, aquellos visitantes que no duermen en la ciudad pero que vienen de excursión. El objetivo es "regular el uso del espacio público" y la previsión, según el texto aprobado, es que entre en vigor el año 2018. Han votado a favor de la iniciativa todos los grupos excepto Cs y PPC, que se han abstenido. Barcelona recibe 30 millones de visitantes el año, de los cuales 13 no pernoctan en la ciudad. De estos, habría que restar a los cruceristas, ya que ya pagan el impuesto turístico, así como aquellas personas que visitan la ciudad por su cuenta y no en paquetes organizados.

A la espera de conocer la concreción de la medida, la comisión ha aprobado crear una tasa dirigida a operadores turísticos que organizan paquetes de excursiones de un día, es decir, que no pasan la noche en la ciudad. Se trata de aquellos visitantes que normalmente llegan en autocar y que visitan los principales monumentos de forma rápida, prácticamente sin hacer ningún gasto pero ocupando el espacio público.

La portavoz adjunta del Grupo Demócrata ha puesto de ejemplo los grupos que visitan las Fuentes Mágicas de Montjuïc, y que acarrean fenómenos como los manteros. Este tipo de visitantes, ha dicho, "colapsan el tráfico con sus autocares arriba y abajo y tienen que ayudar a compensar las externalidades negativas" que comporta su actividad. También ha advertido el gobierno que "no actuar es lo que provoca la turismofobia".