La 'superilla literaria' que Barcelona estrenará este Sant Jordi no ha gustado a todo el mundo. A pesar de que el Ayuntamiento de Barcelona la anunció como un gran acuerdo con la Cambra del Llibre y el Gremi de Floristes, el hecho de que les haya cedido en exclusiva el amplio espacio comprendido entre la Diagonal y la Gran Via y las calles Balmes y Pau Claris ha provocado la protesta de un colectivo de editoriales y también alguna librería que no forman parte de ninguna entidad y que consideran que el funcionamiento previsto para el 23 de abril es, de hecho, una "privatización" de la diada de Sant Jordi auspiciada por el ayuntamiento.

Un comunicado firmado por Descontrol Editorial, Apostroph Edicions, Llibreria Aldarull, Bauma Tallers Gráficos, Edicions Forment, Fundació Salvador Seguí, Editorial Tercero incluido, Pol·len Edicions, Ona Ediciones, Escola Arcàdia, Associació Cultural del Raval – El Lokal, El Grill Liibertari y Llibreria Saturnàlia apunta que las entidades pequeñas "no tenemos la proyección ni los recursos de las grandes empresas que acaparan el sector" y recuerda que hasta la llegada de la pandemia habían podido montar paradas en las zonas emblemáticas de la ciudad de Barcelona durante la festividad de Sant Jordi", ya que bastaba con pedir al Ayuntamiento de Barcelona un permiso de ocupación del espacio público para la diada de Sant Jordi.

 

 

"Este año, sin embargo, las cosas han cambiado", señala el comunicado, que lamenta que en un contexto de retorno a la normalidad prepandémica, "nos encontremos con que muchas entidades del libro hemos sido completamente marginadas, apartadas y menospreciadas por las decisiones del Ayuntamiento de Barcelona, y por el simple hecho de no pertenecer a la Cambra del Llibre de Catalunya". Los firmantes acusan al gobierno Colau de "ceder la gestión del acceso a los espacios reservados al Gremio de Llibreters de Catalunya", que son los más transitados por Sant Jordi, lo cual significa que el consistorio ha dejado "en manos privadas la responsabilidad de decidir quién tiene permiso para poner parada, en qué condiciones y en qué espacios".

"Externalizar" Sant Jordi

Estas editoriales independientes consideran "contradictorio" que el ayuntamiento haya actuado así, cuando hace bandera de la "municipalización de los servicios públicos" y en el caso de Sant Jordi, haya preferido "externalizarlo". También lamentan no haber recibido ninguna información oficial sobre este cambio de gestión ni tampoco haber sido invitados por el Gremi de Llibreters ya que este han enviado información sobre cómo acceder a un puesto en los espacios de uso exclusivo a librerías y editoriales agremiadas, dejando fuera a las demás.

"Sólo las entidades agremiadas han recibido una circular explicando la forma y los plazos para pedir el permiso", señalan, para añadir que "para acabar de maximizar la confusión, el Ayuntamiento de Barcelona ha ido difundiendo informaciones completamente contradictorias", modificando a finales de marzo los trámites en línea para solicitar parada en la calle y dejando sólo opción a pedir puesto de venta en espacios libres "situados en lugares poco concurridos".