Barcelona ha sido, históricamente, una ciudad muy chocolatera, no solo con respecto al consumo, sino también a su producción, que se hacía en fábricas diseminadas, por buena parte de la ciudad. Ahora, en la plaza de la Llana, en el barrio de Santa Caterina de Ciutat Vella, se ha descubierto un obrador de chocolate del siglo XIX situado en el subsuelo de un edificio en rehabilitación, donde se han recuperado elementos como placas de plomo para elaborar etiquetas y siete grandes tinajas que podrían ser del establecimiento comercial. Los restos encontrados permiten documentar también la existencia en el mismo lugar de un palacete gótico del siglo XIV y de un comercio el siglo XVII.

Según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona este viernes, en el marco de la rehabilitación integral de un edificio de cuatro plantas situado en la plaza de la Llana, 23, que se destinará a pisos con apoyo asistencial, se han podido documentar restos arqueológicos de diferentes cronologías. En marzo de 2023 se iniciaron los trabajos de control arqueológico, ya contemplados en el proyecto ejecutivo de rehabilitación integral de un inmueble que está incluido en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Arquitectónico y está catalogado como Bien cultural de interés local. Los trabajos de arqueología vertical llevados a cabo hasta el momento han permitido documentar muros con arcos y puertas atribuibles a un palacete gótico del siglo XIV que, según fondos documentales, habría sido propiedad de la Pia Almoina.

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Restos del obrador encontrados en la plaza de la Llana / Foto: AjBCN
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Placa para elaborar etiquetas / Foto: AjBCN

Siguiendo la información documental, durante el siglo XV, el casal se habría convertido en el Hostal de Sant Pere, que habría dejado de funcionar durante el siglo XVI, cuando el entonces propietario del inmueble Pere Joan Grimosachs llevó a término una gran reforma. A inicios del siglo XVIII se produjo la división del antiguo casal en tres propiedades diferenciadas, una de las cuales corresponde al actual edificio de la plaza de la Llana, 23. De esta época se ha podido documentar un conjunto de siete tinajas de cerámica que hacen pensar que en el espacio podía haber algún tipo de comercio. Para poder determinar qué contienen, se harán análisis bioarqueológicos de los restos de estos grandes contenedores, que podrían ser posiblemente del siglo XVII o incluso situarlos en cronologías anteriores.

En 1825, Josep Serra, el propietario del inmueble en aquel momento, solicitó permiso para hacer obres de mejora, las cuales coincidirían con lo que se ha podido constatar en el registro arqueológico. Durante el siglo XIX, el espacio fue ocupado por un obrador donde se elaboraba chocolate. De hecho, en el Almanaque de la Exposición Universal de 1888, aparece la fábrica referenciada en la dirección de plaza de la Llana, 23 como: Guardia (Clemente). Chocolates y pastillaje. La intervención arqueológica ha permitido recuperar elementos relacionados con este espacio productivo, como las placas de plomo que se habrían usado para elaborar las etiquetas de los chocolates donde se especifica que en la fábrica de chocolate de Clemente Guardia "se hacen moliendas particulares."

Los trabajos continúan en la excavación arqueológica del subsuelo y, al mismo tiempo, se realiza el estudio de los menajes del inmueble con la finalidad de seguir documentando los diferentes periodos y conocer la evolución del edificio. Los restos encontrados, una vez documentadas, se trasladarán a las instalaciones del ICUB en la Zona Franca y queda abierta la posibilidad de la conservación de alguna pieza in situ. El Servicio de Arqueología de Barcelona y el servicio de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de la Generalitat supervisan la intervención arqueológica dirigida por Global Geomàtica SL. BIM/SA es el ente promotor de las obras.