La estación de Metro de Passeig de Gràcia de Barcelona, que cuenta con andenes de tres líneas, L2, L4 y L3, además de intercambiador con la estación de Rodalies del mismo nombre, es actualmente uno de los puntos negros con respecto a la adaptación de estos espacios para las personas con movilidad reducida, con el añadido que, además, dispone de un largo pasillo de transbordo de 263 metros de longitud. Ahora la situación cambiará con respecto al acceso adaptado —el pasillo queda igual—, gracias a la instalación de cuatro nuevos ascensores, que sumados a los ya existentes en todo el intercambiador, asegurará la adaptación total de la estación.

Hasta ahora, las personas con movilidad reducida se veían obligadas a hacer determinados transbordos por la calle, con el añadido que la distancia entre las estaciones de la L2 y L4, por un lado, y la L3 y Rodalies, por el otro, están separadas por prácticamente tres manzanas del Eixample, el espacio entre la calle Aragó y la Gran Via. La situación cambiará una vez el departamento de Territori ha iniciado las obras de los nuevos ascensores, que tienen un presupuesto de 4,8 millones de euros y un plazo de ejecución de 22 meses, es decir, que tendrían que estar acabadas a principios del año 2026. Al fin de las obras, según ha detallado el mismo departamento, las personas con movilidad reducida podrán hacer todos los transbordos posibles sin tener que salir a la calle.

La obra consistirá, principalmente, en la instalación de cuatro ascensores:

  • Uno de los nuevos ascensores comunicará el pasillo de conexión L3-L4 con el andén L3 vía 1.
  • Dos ascensores comunicarán los andenes de la L4 con el pasillo intermedio que conecta con la L2 y con el pasillo L3-L4.
  • Un ascensor ubicado en la acera del paseo de Gràcia conectará directamente la calle con el vestíbulo de la L4.

La ejecución de las obras requerirá de varias ocupaciones en torno al intercambiador, en el ámbito de la Gran Via de les Corts Catalanes y el paseo de Gràcia, sin afectación a los usuarios de Metro y Rodalies o a la circulación de vehículos en esta fase. Se recomienda a las personas que circulen en bicicleta por la Gran Via el itinerario formado por las calles de Roger de Llúria y Diputació hasta la Rambla de Catalunya.

Un pasillo escondido en el aparcamiento subterráneo

Con todo, la mejora del intercambiador no resolverá su gran problema, la longitud del pasillo de intercambio, de 263 metros de longitud y que se debe principalmente al hecho de que las estaciones de las líneas L3 y L4 están bastante separadas entre sí, pero también al hecho de que la existencia de un aparcamiento de coches subterráneo impide que se haya podido desarrollar un recorrido más corto. De hecho, el pasillo está escondido en la segunda planta del aparcamiento, que por eso mismo tiene menos plazas de aparcamiento que el resto. Sí no fuera por el aparcamiento, se podría haber hecho un túnel más corto que, de todos modos, seguiría siendo superior a los cien metros de longitud, ya que los andenes de la L4 están situados en el lado Besòs del paseo de Gràcia, entre Gran Via y Diputació, y los de la L3 están en el lado Llobregat de la misma vía, entre Consell de Cent y Aragó.