Liberar Catalunya de la presencia del amianto, este es el objetivo de la primera Convención contra el amianto y sus consecuencias, un encuentro organizado por el colectivo de Jubilados de Macosa-Alstom Afectats por el Amianto y la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB) que tendrá lugar el 26 de noviembre con el objetivo de lanzar una llamada de alerta ante la necesidad de erradicar este elemento, considerado cancerígeno de primer grado, que está presente en todo el territorio y que requiere la implicación de múltiples sectores: Administración, profesionales y especialistas, ciudadanía y movimientos vecinales. Según la FAVB, sin esta voluntad conjunta, no será posible que en diez años -seis en los espacios de concurrencia pública- se haya retirado todo el amianto, tal como indican las directrices europeas.

La intención de los organizadores es que esta convención sirva de punto de encuentro y de inflexión para movilizar todos los sectores implicados. Por eso, contará con la presencia de doctores e investigadores de la comunidad médica, expertos en el tratamiento de los materiales con amianto (MCA) y abogados que debatirán sobre el marco jurídico del cual habrá que dotarse. También estarán presentes los movimientos sociales, que son los testigos de las consecuencias mortales del amianto. Para garantizar el máximo nivel y la riqueza en el debate, se ha previsto la presencia de ponentes de otros países. La intención es concretar los nombres de todos los ponentes en las próximas semanas. La convención se celebrará el 26 de noviembre a partir de las 9:30 h en el Auditorio de Sant Martí (plaza Angeleta Ferrer, 2, Barcelona).

Además, el objetivo de la convención es incidir en la Administración y los diversos estamentos de la sociedad para que asuman con determinación la erradicación total del amianto. Por eso, la convención concluirá con la lectura de un manifiesto que marcará los retos a superar, como la necesidad inmediata de tener un censo correcto del amianto, dotarse de unas infraestructuras dimensionadas para acoger de manera adecuada los residuos de los más de 4,2 millones de toneladas de amianto que se calcula que hay en Catalunya, y aprobar sin demora el Plan Nacional para la Erradicación del Amianto con la correspondiente partida económica.

Las escuelas, un problema de primer orden

De hecho, uno de los ámbitos donde la presencia del amianto es especialmente preocupante es en los entornos escolares. El pasado febrero la FAVB ya alertó que varias escuelas de la ciudad de Barcelona están situadas en entornos con presencia de amianto, un material clasificado como sustancia cancerígena por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el año 1977 -hace casi medio siglo-, prohibido al Estado español desde el 2002 y que tiene que desaparecer completamente en 2028 y apoyó a la lucha de las familias de los escolares para garantizar un entorno más saludable para los alumnos y para evitar la estigmatización de los centros escolares con presencia de amianto. Al mismo tiempo, exigieron directamente al Ayuntamiento de Barcelona y a la Generalitat que haga público el censo de escuelas con amianto y que planifique su retirada.