Cómplices, la primera librería especializada en temática LGBTI de Barcelona, cerrará definitivamente sus puertas el próximo 31 de diciembre. El abril de 1994, cuando abrió, solo habían pasado dos años desde los Juegos Olímpicos. La cita olímpica había tenido la capacidad de proyectar una imagen renovada de la capital catalana, abierta al mundo, cosmopolita e imán de mentes abiertas.

Con esta idea en la cabeza, dos amigas que se habían conocido años atrás en Londres, la catalana Connie Dagas y la danesa Helle Bruun, decidieron establecerse en Barcelona y abrir un negocio que —según pensaban inicialmente— sería muy bien recibido gracias a los aires de novedad que aportaría a una ciudad que entonces estaba haciéndose un lugar en el mundo, ávida de modernidad.

Esperanzadas, Dagas y Bruun inauguraron en 1994 en la calle de Cervantes de Ciutat Vella la primera librería especializada en temática gay y lésbica de la capital catalana. También se convertiría en la segunda del estado español. Este próximo diciembre la librería cerrará las puertas porque las dos propietarias se jubilan, y adelantan que tendrán precios especiales para liquidar el stock.

Tancament llibreria còmplice / Foto: Carlos Baglietto
Librería Còmplice / Foto: Carlos Baglietto

Cómplices aterriza en una ciudad en transformación

"En Barcelona no había ninguna librería más así, pensábamos que nos ganaríamos bien la vida y que sería bien recibida", comenta en conversación con ElNacional.cat Connie Dagas, después de haber anunciado el cierre del negocio. La realidad, sin embargo, fue diferente de lo que pensaban cuando abrieron, maravilladas por la idea de una Barcelona olímpica, nueva y abierta. "Teníamos una visión muy optimista de lo que era Barcelona, fuimos muy ingenuas y no hicimos ni un estudio de mercado, así que cuando abrimos la gente pasaba por delante, pero no entraba", explica.

A pesar de los recelos de aquellos transeúntes que pasaban por delante de la puerta del local en la calle Cervantes, las propietarias de Cómplices admiten que nunca tuvieron ningún problema, más allá de un grafiti cuando José María Aznar ganó las elecciones en 1996. El desajuste entre las expectativas y la realidad las golpeó, pero sin desanimarlas para continuar: "Recibimos el primer golpe de realidad y fue muy duro, no sólo porque a la gente le costaba entrar, sino porque después no teníamos libros en español para vender, no había literatura".

La dificultad para llenar el catálogo hizo que las dos socias decidieran embarcarse en un proyecto editorial nuevo, Egales, asociándose con una amiga que estaba al frente de la librería Berkana de Madrid. Haciendo un puente aéreo entre Barcelona y Madrid, las tres mujeres crearon un sello editorial que permitiera ir engrosando el volumen de libros de temática LGTBI que se pudieran vender en sus librerías.

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Las trabajadoras de la librería Còmplice, Connie Dagas y Helle Bruu. / Foto: Carlos Baglietto

Cierra la librería Cómplices, continúa la editorial

Aunque la librería Cómplices cierra, la editorial Egales seguirá editando títulos. Actualmente ya lleva más de 450 publicados. "También fue duro porque después las librerías nos decían que ellas no tenían clientes gais... con el tiempo estas cosas nos hacen gracia, pero en aquel momento no", recuerda Dagas. El menosprecio por la temática LGBTI también era la tónica en la prensa española. "Hace 20 años no nos hacían ni caso, y eso que hemos publicado los mejores autores gais y lésbicos de los EE.UU., Reino Unido o Francia, reseñados en todos los diarios generalistas".

Pero, de repente, esta inercia cambió. Dagas fija el año 2005, con la aprobación del matrimonio gay por parte del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, como punto de inflexión que cambió las cosas. "La prensa nos empezó a hacer más caso, en las manifestaciones del Pride se veía más gente". Cuando los vientos de cambio soplaban a favor del colectivo, vino la crisis del 2008. "Fue un golpe para todo el mundo, muchas librerías cerraron, nosotros afortunadamente, gracias a la ayuda de amigos, resistimos".

Superada la crisis, la evolución ha continuado y la comunidad LGBTI ha empezado a vivir nuevas transformaciones que la librería Cómplices ha podido constatar a través de su clientela. Desde hace unos cuatro años, comenta Dagas, ha aparecido un público adolescente muy concienciado y que en términos sexuales se considera bisexual. "No tienen miedo, hay una comunidad queer y eso es realmente importante". Sin embargo, las agresiones homófobas han aumentado y también se registra una cierta oleada de discursos moralistas y retrógrados. "Confiamos en que sea más la gente joven con mente abierta que la de mente conservadora".

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Interior de la librería Còmplice. / Foto: Carlos Baglietto

Los libros LGBTI más vendidos en Cómplices

Para mantener las mentes abiertas, Cómplices ofrece un catálogo amplio que abraza literatura y ensayo sobre temática LGBTI, cuestión que marca todavía el debate político con temas como la ley trans o los posicionamientos de la extrema derecha, que mantiene un discurso hostil hacia la diversidad sexual. Entre los principales títulos que la librería ha vendido a lo largo de 30 años, Dagas destaca como un gran éxito El corredor de fondo, de Patricia Nell Warren, el libro gay más vendido en el mundo; también El viaje de Marcos, de Óscar Hernández-Campano; Con Pedigree, trilogía de la autora Lola Van Guardia (seudónimo de Isabel Franch), o Ética marica, de Paco Vidarte, un libro más militante. En catalán, Dagas destaca la aportación de Lluís Maria Todó, autor de El joc del mentider. "Es un libro muy importante porque habla de los años ochenta, Todó era una de las pocas personas que escribía temática gay sin ningún problema y abrió camino".

Todó colaboró estrechamente con Cómplices para promover la narrativa gay y lésbica a través del Premi Terenci Moix, que se impulsó gracias al apoyo de un empresario de discotecas para el público LGBTI en Barcelona, el asturiano Aladino Nespral. El primer premio se otorgó en 2004 a un cura mallorquín, Jaume Santandreu, por su obra, Catedral amb armaris, que publicó la editorial Egales. En conversa con ElNacional.cat, Todó elogia la tarea de la librería Cómplices como "punto de encuentro" del colectivo LGBTI, en un momento en que no existía internet. Todó, referente de la literatura gay en catalán, piensa que es una narrativa que, con el paso del tiempo, también se ha adaptado a las necesidades del colectivo y que hay autores nuevos, como Sebastià Portell, que recogen el testigo. A pesar del cierre de Cómplices, Todó ve que surgen otros espacios en la ciudad que siguen desarrollando el papel de espacio de encuentro para el colectivo.

La librería Antínous, por ejemplo, es otra de las librerías especializadas, ahora con sede en el Eixample. Aparte, existen otros proyectos como el bar vegano y librería feminista La Raposa en el Poble-sec; la librería transfeminista Acció Perifèrica en Vilapicina o La Prole en Sant Antoni, librería con perspectiva de género, LGTBI y antirracista. Todos forman actualmente el conjunto de puntos de referencia en Barcelona para la comunidad queer, que mantienen la tarea de difusión de la producción literaria en torno a la diversidad sexual.