Este martes, 16 de agosto, empiezan las obras de la Superilla del Eixample, después de unas semanas de trabajos preparativos que no han tenido afectaciones sobre el tráfico en las que se han recolocado las plazas para personas con movilidad reducida, se han incorporado nuevas zonas de carga y descarga y se han reubicado las plazas de estacionamiento de motos y bicicletas. Ahora, sin embargo, esta situación cambiará y los coches tendrán que modificar su trayecto. Así, cuando empiecen las obras, los vehículos podrán circular por las vías afectadas, pero solo por un carril.

El transporte público no sufrirá ninguna afectación

La nueva configuración general de la movilidad en estos ámbitos implicará que los vehículos no podrán hacer dos tramos seguidos por los nuevos ejes verdes y tendrán que girar en cada manzana. Es decir, el acceso a un eje verde desde una calle transversal implicará la salida por la siguiente calle transversal. En relación con las futuras plazas, estas ya no se podrán cruzar como hasta ahora, sino que los vehículos se verán obligados a girar. En cada calle se trabajará por mitades, de manera que no se ocupará simultáneamente en los lados de mar y de montaña, sino que solo quedará ocupada una. También se podrá acceder a los vados y aparcamientos en todo momento, y no habrá ninguna afectación al transporte público. Por todo ello, el Ajuntament ha pedido en los últimos días que las personas que tengan que conducir por esta zona durante las próximas semanas, planifiquen el trayecto con más tiempo hasta que no se familiaricen con los nuevos itinerarios y giros que tendrán que dar para pasar por la zona afectada.

En las calles del Consell de Cent y de Girona se retirará el carril bici con el fin de avanzar en el modelo de movilidad final de los dos ejes, donde será posible el paso de bicicletas, pero respetando la prioridad de los peatones y el sentido de la calle. Aunque las bicicletas podrán seguir yendo por el tramo central de las dos calles, los carriles bici alternativos serán los de Valencia y Gran Vía en el caso de Consell de Cent, y los de Roger de Llúria y Pau Claris en el de Girona. Así, estas obras permitirán implantar cuatro ejes verdes en las calles de Consell de Cent, Girona, Rocafort y Compte Borrell y con la misma actuación se ganarán cuatro nuevas plazas en los cruces de Consell de Cent con Girona, Rocafort, Compte Borrell y Enric Granados. La movilidad ya quedará configurada como se prevé en la transformación definitiva.

Denuncias contra la Superilla del Eixample

La propuesta de la Superilla del Eixample, que la alcaldesa Colau ha reivindicado reiteradamente, no ha gustado ni mucho menos a todo el mundo: la han llevado ante la justicia. En el último caso, un juez desestimó aplicar medidas cautelares contra las obras para paralizarlas, tal como pedía la Cámara de la Propiedad Urbana, ya que la actuación municipal "persigue una finalidad pública, la mejora urbanística de la zona y, por lo tanto, en este caso prevalece el interés público", según describía en el auto. En el recurso presentado por la Cámara, se sostenía que el consistorio estaría cometiendo varias irregularidades urbanísticas con la proyección de las supermanzanas, pero el juez ha hecho constar en su escrito que no se ha podido acreditar ninguna de estas presuntas infracciones.

También el exarquitecto jefe Barcelona Vicente Guallart se ha mostrado crítico con el proyecto estrella de la política urbanística de Colau. "Barcelona necesita un gran plan, no pequeños proyectos como las superilles," mencionó el prestigioso arquitecto, que cree que la capital catalana necesita un nuevo plan urbanístico; una remodelación de la ciudad que pase por definir grandes proyectos con grandes presupuestos. Todo eso para adaptar Barcelona a los nuevos retos económicos y sociales que plantean las crisis relacionadas con aspectos como el clima.