La diferencia entre los salarios de los jóvenes y los adultos en Barcelona se ha hecho más grande. Es lo que se desprende de los datos publicados por el Departamento de Estadística del Ayuntamiento de Barcelona, que señala que los barceloneses de menos de 24 años cobran solo 8.536 euros de media al año, un tercio menos que los ciudadanos de la capital catalana que se encuentran en la treintena. La brecha salarial por edades se amplía al tiempo que se mantiene la diferencia salarial entre barceloneses y barcelonesas: un hombre cobra un 21,8% más que una mujer, según el estudio publicado hoy que recoge los datos de 2016.

Los jóvenes de menos de 24 años ven como su salario cae en 18 euros en un año, pasando de 8.554 a 8.536 euros de media en un año en que el salario medio de la capital catalana ha crecido hasta los 29.176 euros brutos (+315 euros). Esta mejora se nota en algunos grupos de edad adultos, como los barceloneses en la treintena y la cuarentena. Los datos desvelan diferencias abismales por edades y señala el drama de la precariedad laboral entre los más jóvenes, que ya ostentan el primer puesto entre los más perjudicados por el paro. Para hacerse una idea: los asalariados en su última etapa laboral (60-64 años) llegan a cobrar 23.898 euros más (+179,96%) que un joven de menos de 24 años.

Así pues, se marcan grandes diferencias entre dos grupos. Los menores de 40 años se sitúan por la parte baja de los sueldos, alejados de la media de la ciudad, los que han cumplido la cuarentena tienen mejores perspectivas, con mejores salarios, algo que también ocurre en materia de género.

Una mujer cobra de media 25.669 euros, 7.150 euros menos que los hombres, que cobran 32.819 euros, lo que supone una brecha del 21,8%. Estas diferencias se hacen patentes en todas las edades sin distinción, aunque vuelven a hacerse más evidentes en los recién incorporados al mercado laboral: mientras un barcelonés joven gana 9.516 euros de media al año, a la barcelonesa de la misma edad se la compensa con solo 7.652 euros, perdiendo un cuarto del poder adquisitivo (-24,35%).

La hostelería, mercado precario

Los datos por sectores también ponen de relieve realidades ya denunciadas pero que persisten, como la precariedad en el sector hotelero. La cara oculta de este sector, en el que las limpiadoras (también llamadas kellys) cobran unos salarios misérrimos, se hace evidente echando un ojo a la media de este ámbito: solo 15.860 euros de media anuales, una cifra diametralmente opuesta a la del sector financiero y de las aseguradoras, con un ingreso anual medio de 51.767 euros.

La discriminación también entiende de contratos. Los trabajadores con contrato indefinido tienen un salario medio de 30.888 euros, un 70% superior al de los trabajadores temporales, que fue de 18.038 euros.