La calle Alfons XII de Barcelona siempre ha estado relacionada con la familia Maragall. El poeta Joan Maragall i Gorina se trasladó con su mujer, Clara Noble Malvido, en el año 1899, para ir a vivir en el edificio situado en el número 79 de aquella calle, donde murió en 1911 y donde actualmente se encuentra la Casa-Museu i arxiu Joan Maragall. El hecho es que el poeta y su familia, que entonces ya contaba con cinco de los trece hijos que acabó teniendo el matrimonio, fueron a vivir muy cerca de la casa de los suegros -bisabuelos, por lo tanto, de Pasqual y Ernest Maragall-, situada en la misma calle, unos 150 metros más abajo.

Efectivamente, en el número 51 de la calle Alfons XII, esquina con Madrazo, en el actual barrio de Sant Gervasi-Galvany, el corredor de seguros inglés Ernest Noble y su mujer María de las Angustias Malvido Nocedo se hicieron construir una torre, denominada Casa Noble-Malvido o Villa María, probablemente en honor de Maria Malvido, según recoge el blog El vigilant del far en un largo artículo sobre la finca. Desgraciadamente, esta casa fue derribada el pasado mes de febrero, para ser sustituida por un futuro equipamiento sostenible dedicado a la atención sociosanitaria para personas mayores a cargo de la inmobiliaria Núñez i Navarro.

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Villa María en una imagen de marzo del 2023, antes del derribo, vista desde la calle de los Madrazo / Foto: Google Street View

De hecho, el edificio no tenía ningún grado de protección y solo tenía una afectación, que era la de estar calificada de equipamiento, que en todo caso se cumplirá con la construcción del recinto sociosanitario, pero asimismo, defensores del valor patrimonial y sentimental de la finca, contactados por ElNacional.cat, han lamentado el derribo como una nueva pérdida de una Barcelona que poco a poco va desapareciendo. Actualmente, una valla de instalación reciente oculta el interior del solar donde la única pista de las futuras obras es, aparte de la evidencia de que Villa María ya no existe, un letrero de la inmobiliaria citada donde se informa de la futura construcción.

Clínica, tanatorio, maternidad y geriátrico

Según refiere el blog citado, Villa María cambió de dueños y usos a raíz de la muerte del matrimonio Noble-Malvido (él el año 1920, ella en 1921). Primero quedó en manos de familiares y a mediados de aquella misma década acogió la llamada Clínica del Doctor Escayola, dedicada nominalmente a la traumatología y la cirugía, pero que de hecho funcionaba también como centro de atención de enfermos terminales, contando incluso con un pequeño tanatorio y sala de velatorio que se podía alquilar como capilla ardiente.

El año 1958, la Clínica del Doctor Escayola dio paso a la Clínica del Doctor Ripoll, donde se pasó de dar servicios mortuorios a todo el contrario, ya que se convirtió en una maternidad, con el nombre oficial de Clínica de Maternidad de Nuestra Señora del Carmen y dirigida por el doctor Josep Ripoll i Torras. Como curiosidad, la misma sala de velatorio, que probablemente había sido el comedor familiar de los Noble-Malvido, se convirtió en esta época en capilla donde se celebraban los bautizos de los recién nacidos.

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Un letrero informa de la futura construcción al solar de la Villa Maria de un equipamiento sostenible de atención sociosanitaria para personas mayores / Foto: Jordi Palmer

A finales de los años setenta y a causa de la jubilación del doctor Ripoll, el edificio fue convertido en la Residencia Geriátrica Aensa, con 50 plazas. Este uso como residencia de ancianos duró hasta principios del siglo XXI, cuando cerró y el año 2005 Núñez i Navarro compró el edificio. Desde entonces, la finca presentaba un estado de degradación preocupante y había sido víctima de varias ocupaciones e incluso en 2007 la policía desalojó el edificio. Posteriormente, todos los accesos y ventanas fueron tapiados y una valla que también se fue degradando rodeaba la finca.

Aunque en algún momento de principios de este siglo se había pedido al Ayuntamiento iniciativas para conservar la finca, que no en balde había pertenecido a los bisabuelos del alcalde Maragall, e incluso los grupos de la oposición habían defendido su conservación, el hecho es que los últimos veinte años la finca ha estado abandonada hasta el derribo del pasado mes de febrero. Villa María ya no existe, a la espera de que el nuevo equipamiento por agente mayor se convierta en una nueva realidad.