El Ajuntament de Barcelona destinará este 2016 un total de 7,2 millones en ayudas fiscales, lo que supone un aumento del 800% respecto del año anterior, cuando las subvenciones fueron de 800.000 euros. El ejecutivo de Colau abre nuevas líneas de subvención, mientras que mantiene otras ya creadas por el gobierno de Xavier Trias. Como principal cambio, se dedicarán 3,5 millones de euros a las familias con menos recursos con el dinero recaudado del aumento del IBI al 2% de la población con bienes inmuebles más caros de Barcelona.

"Este gobierno no quiere una Barcelona dual, por eso hace falta una política fiscal redistributiva", ha apuntado el primer teniente de alcaldesa, Gerardo Pisarello, que ha añadido que estas ayudas irán destinadas a autónomos, pequeños emprendedores y los vecinos con rentas más bajas. Precisamente, este último grupo, conformado por 20.000 familias, recibirá una ayuda del 50% del coste total del IBI. Por otra parte, los 211 comercios emblemáticos de Barcelona recibirán una ayuda de 1 millón de euros para poder sufragar este impuesto. 

Las medidas fiscales suponen "un cambio muy importante respecto a la política de CiU", según Pisarello, que apunta que se han asentado las bases para elaborar los presupuestos ya que las modificaciones en la fiscalidad y las subvenciones han sido acordadas por el gobierno municipal y el resto de fuerzas de izquierda del consistorio barcelonés –ERC, PSC, CUP–.

Ayudas para los autónomos

Barcelona quiere proteger especialmente al colectivo de los autónomos con una dotación de un millón de euros por el plan Barcelona: zona zero impostos per a nous autònoms con el que el gobierno municipal quiere ayudar a entre 400 y 600 personas paradas que se hagan autónomos para crear un nuevo negocio. La subvención cubrirá su cotización de los primeros 12 meses, entre otras cuestiones.