El Área de Barcelona perdió durante el 2023 un 4% del agua por culpa del consumo ilegal, es decir, se desviaron siete millones de metros cúbicos de agua de la red para hacer un uso fraudulento, según ha adelantado RAC1 este sábado. En plena sequía, este robo se habría utilizado en construcciones no autorizadas, o robada de las bocas de o riego, o consecuencia de haber pinchado contadores. Los metros cúbicos de agua perdidos durante todo el año en esta área equivalen a toda el agua que consumen en el mismo periodo ciudades como Mataró o Reus, o todo el consumo de Catalunya en una semana. El dato la revela la auditoría de agua de los 23 municipios que dependen de Aguas de Barcelona. En el área de Barcelona cada año entran 190 millones de metros cúbicos de agua, por encima de la capacidad del pantano de Sau. Del total, un 16% se pierde por la red, y según detalla el informe, un 8% se pierde por culpa de escapes, un 2% por subcontajes —errores en el contador—, y un 4% por uso fraudulento.

Sin embargo, el dato no solo se limita a Barcelona, sino que Girona, que tiene mucha menos población y un volumen más reducido, eleva el porcentaje hasta el 5%. En la otra cara de la moneda, están los datos de Tarragona y otras ciudades que se sitúan entre el 0,5 y el 1% del fraude.

Lucha contra la sequía

El Govern sigue incrementando las medidas para tratar de paliar los efectos de la sequía que arrastra Catalunya. Precisamente, esta semana, la Comisión Interdepartamental de Sequía (CIS) ha aprobado la instalación de una desalinizadora flotante en el puerto de Barcelona que entrará en funcionamiento en caso de que el sistema Ter-Llobregat entre en emergencia II, un escenario que no se prevé para antes del mes de octubre. El objetivo de la medida es garantizar el suministro de agua a Barcelona y su área metropolitana en los próximos meses, sin necesidad de aplicar nuevas restricciones. La desalinizadora flotante producirá 14 hm³ anuales, el equivalente al 6% del consumo de agua del área metropolitana de Barcelona. La instalación aportará 40.000 m³ de agua a la red de distribución y, con esta operación, se descarta llevar barcos cargados de agua desde otros territorios.

En paralelo, y con las piscinas en el punto de mira, el Ayuntamiento de Barcelona prevé abrir todas las piscinas públicas este verano. Fuentes municipales han detallado que se ha decidido declarar todas las piscinas públicas de la ciudad, una cincuentena, como refugio climático para que puedan abrir en verano. "Son espacios que permiten estar a una temperatura de confort en épocas de calor fuerte", argumentan desde el Ayuntamiento, que optará por ampliar la red de refugios al incluir todas las piscinas públicas. Se trata de una posibilidad que recoge el decreto ley de medidas urgentes que la Generalitat aprobó el martes. En concreto, las piscinas serán de acceso universal, es decir, estarán sujetas a un precio público para la ciudadanía y se desarrollarán las ayudas correspondientes a personas en situación de vulnerabilidad para que ningún barcelonés pueda quedar excluido. La cincuentena de piscinas públicas incluye todas las piscinas municipales interiores o exteriores, incluidas las de los centros deportivos municipales.